El Ejército de EE. UU. anunció la cancelación de su programa de Aeronave de Reconocimiento y Ataque Futuro (Future Attack and Reconaissance Aircraft – FARA), una decisión que subraya la dinámica cambiante de la guerra moderna y la creciente dependencia de sistemas no tripulados y tecnología avanzada.
Este movimiento no solo termina el desarrollo de un helicóptero de exploración de nueva generación que reemplazara al Bell OH-58 Kiowa, en el que ya se habían invertido cerca de 2.000 millones de dólares, sino que también marca el primer gran cambio que dejan las lecciones aprendidas en los nuevos conflictos como Siria, Ucrania y Gaza.
La terminación del programa FARA es parte de una revisión más amplia de la modernización de la aviación del Ejército que incluye la finalización de la producción de la variante UH-60V Blackhawk en el año fiscal 2025 debido al incremento de costos, el retraso del Programa de Motor de Turbina Mejorado (Improved Turbine Engine Program – ITEP) y la baja de los sistemas aéreos no tripulados AAI RQ-7 Shadow y AeroVironment RQ-11 Raven.
Esta reasignación de recursos tiene como objetivo abordar la naturaleza rápidamente evolutiva de la guerra, donde los sistemas no tripulados y los activos basados en el espacio se están volviendo cada vez más cruciales.
La era de los drones
La decisión del US Army es evidencia de que el reconocimiento aéreo cambió para siempre. Existe hoy una variedad diversa de sensores y armas que se pueden montar en varias plataformas, incluidos sistemas no tripulados y satélites.
El cambio implica alejarse de los helicópteros de exploración tripulados tradicionales hacia un enfoque más versátil y tecnológicamente avanzado para la vigilancia y el reconocimiento del campo de batalla.
Si hubiera una misión que requiriera de un helicóptero y tripulación humana, bien podría adoptarse un enfoque «Alla Airbus» con su H145M y su sistema modular HForce. Para el resto, la combinación de UAV/UCAV y sistemas satelitales, será más que suficiente.
Como parte de esta reorientación estratégica, el Ejército planea continuar con el programa de Aeronave de Asalto de Largo Alcance Futuro (Future Long Range Assault Aircraft -FLRAA) y ha delineado nuevas inversiones en capacidades de reconocimiento aéreo no tripulado.
Estas inversiones incluyen un compromiso con un nuevo contrato plurianual para la adquisición del Blackhawk UH-60M, iniciar la producción del Boeing Chinook CH-47F Block II, y acelerando el desarrollo y adquisición de sistemas de aeronaves no tripuladas modernas como el Sistema Aéreo No Tripulado Táctico Futuro (Future Tactical Unmanned Aircraft System – FTUAS), programa que ya tiene seleccionados dos contendientes: el Griffon Valiant y el Textron Aerosonde.
Al reasignar recursos del programa FARA, el US Army busca adaptar a los tiempos actuales su esfuerzo de modernización, el más importante en más de cuatro décadas.