Adiós al FARA: el programa de helicóptero de reconocimiento del US Army cae víctima de la Guerra en Ucrania

El ejército norteamericano canceló su programa FARA, con el cual buscaba desarrollar una nueva aeronave tripulada de reconocimiento y ataque, basando su decisión en a las lecciones aprendidas de la Guerra en Ucrania.

El programa Futura Aeronave de Ataque y Reconocimiento (FARA en inglés) con el cual el US. Army buscaba desarrollar una aeronave de exploración armada de nueva generación que reemplazara al Bell OH-58 Kiowa (ya dados de baja), en el que ya se habían invertido cerca de 2.000 millones de dólares y en el que los dos finalistas (Bell y Sikorsky) tenían casi concluida la fabricación de sendos prototipos, fue sorpresivamente cancelado.

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FARA cancelado
Prototipo del Bell 360 Invictus. Foto: Bell
Prototipo en avanzado grado de construcción del Raider X de Sikorsky/Lockheed Martin. Foto: Sikorsky

Future Vertical Lift

FARA era parte de un programa mayor para desarrollar la siguiente generación de aeronaves (no necesariamente helicópteros) de despegue y aterrizaje vertical, que debía suceder a los modelos OH-58 Kiowa, UH-60 Black Hawk y AH-64 Apache, llamado Future Vertical Lift (o FVL). La otra parte del FVL, el programa Future Long-Range Assault Aircraft (FLRAA) que reemplazará a los Black Hawks, continúa, habiendo sido ganado por el Bell V-280 Valor (decisión impugnada tiempo atrás por Sikorsky y Boeing).

V-280 Valor
Bell V-280 Valor. Foto: Bell

Los requisitos del FVL estipulaban que las aeronaves debían compartir la mayor cantidad de equipos en común (motores, sensores, contramedidas, aviónica, software, etc.), y debían ser más rápidas y tener mayor alcance que la presente generación de helicópteros a los que debían reemplazar.

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Velocidad = supervivencia?

Parte del argumento a favor de la mayor velocidad, es que ayudaría (junto a otros elementos tecnológicos y nuevas tácticas) a aumentar las posibilidades de supervivencia de la aeronave, al reducir el tiempo de reacción que tendría el enemigo para establecer una defensa anti-aérea eficaz. Una mayor velocidad permitiría, teóricamente, salir rápidamente del alcance letal de cañones y misiles del tipo “disparo desde el hombro”, o MANPADS.

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La idea de que una velocidad mayor incide favorablemente en las chances de supervivencia, resuena a un argumento esgrimido por los fabricantes de tanques en los años 60 y 70.

360 Invictus FARA cancelled

Desde la segunda guerra mundial, la letalidad de los cañones fue en aumento, lo que condujo a un incremento del grosor del blindaje de los tanques para hacerle frente. La lógica indicaba que si esta guerra entre “la flecha y el escudo” seguía su progresión lineal, los tanques terminarían siendo demasiado pesados y caros para operar y desplegar. La respuesta dada por algunos fabricantes de blindados fue la de diseñar tanques más rápidos y que ofrecieran un menor perfil, a fin de esquivar lo peor del fuego enemigo. Sin embargo, el desarrollo de sistemas de puntería mucho más capaces y la aparición de munición mejorada, compensaron sobremanera el aumento de velocidad de los blindados de la época, volviendo la industria a centrarse en el desarrollo de blindajes más avanzados y gruesos, y los tanques siguieron ganando peso con los años.

La dura experiencia de los helicópteros rusos en Ucrania

A una conclusión parecida parece haber llegado el Ejército norteamericano respecto de las posibilidades de supervivencia de los futuros medios de reconocimiento tripulados en un escenario de guerra de alta intensidad como la de Ucrania, habiendo presenciado (y contribuyendo) a la sangría de helicópteros rusos en la guerra de Ucrania.

Según se establece en el comunicado el US. Army, la decisión de reorientar su política de inversión en aviación (como la cancelación del FARA), se basan en las “lecciones aprendidas y una evaluación sobria del campo de batalla moderno”.

Datos obtenidos del sitio Oryx, reconocido por ser una fuente de gran fiabilidad a la hora de documentar las pérdidas de equipamiento militar ruso y ucraniano durante el conflicto, dan cuenta de 135 helicópteros rusos perdidos en lo que va de la guerra (104 destruidos, 29 dañados y 2 capturados). De ellos, la peor parte se la llevó el Ka-52 Alligator, con 60 bajas confirmadas.

El sorprendente castigo sufrido por la flota de Ka-52 -siendo uno de los helicópteros de combate más avanzados, veloz y mejor protegidos del mundo-, en particular durante la primera parte del conflicto, cuando Ucrania disponía principalmente de sistemas MANPADS heredados de la Guerra Fría (Strela, Igla, Stinger); evidencian que las posibilidades de supervivencia para este tipo de medios en el campo de batalla actual eran mucho peores de las teorizadas, y se impone un cambio de paradigma.

Los drones se adueñan del campo de batalla

Imposibilitada de presentar batalla en igualdad de condiciones, las Fuerza Armadas de Ucrania recurrieron al uso intensivo y generalizado de medios no tripulados de todo tipo para conducir una suerte de “guerra asimétrica” contra las muy superiores capacidades militares rusas, con gran éxito.

Kiev despliega diariamente cientos de drones para cubrir una gran variedad de misiones en el frente de batalla, como el reconocimiento, inteligencia, vigilancia y localización de objetivos, así como el ataque y destrucción de blindados, piezas de artillería, depósitos de munición/combustible o contra soldados (en grupos o individuales). Funciones que históricamente eran asignadas a los helicópteros de reconocimiento y ataque, y para las cuales se había pensado originalmente el FARA. Pero el Ejército norteamericano tomó nota de las experiencias ucraniana y rusa.

Vea también: Fuerza de Sistemas No Tripulados: Zelenskiy dio vida a una nueva rama de las Fuerzas Armadas

«Estamos aprendiendo del campo de batalla -especialmente en Ucrania- que el reconocimiento aéreo ha cambiado radicalmente», declaró el Jefe de Estado Mayor del Ejército, General Randy George en el comunicado el US. Army. «Los sensores y las armas montados en diversos sistemas no tripulados y en el espacio son más omnipresentes, tienen mayor alcance y son más baratos que nunca.

Lecciones que siembran dudas

Las Fuerzas Armadas de las mayores potencias del globo siguen con gran atención la guerra ruso-ucraniana, tratando de extraer valiosas lecciones de las experiencias de ambos contendientes. La preeminencia de los drones en todo tipo de operaciones y las graves pérdidas de aeronaves rusas, son tomados como potentes indicadores de que, tal vez, la era del helicóptero de reconocimiento y ataque llegó a su fin.

El Ministerio de Defensa japonés fue probablemente el primero en admitir públicamente que, fruto de las lecciones de Ucrania, estaba considerando retirar del servicio sus helicópteros AH-64D Apache, AH-1S Cobra (ataque/caza-carros) y Kawasaki OH-1 [reconocimiento armado] para sustituirlos con drones tácticos y municiones merodeadoras.

Bell OH-58D Kiowa
Bell OH-58D Kiowa, sistema que iba a ser reemplazado por el ganador del FARA. 

Francia no seguirá adelante con la modernización profunda de su flota de helicópteros Tiger (al estándar Mk3), y Alemania directamente decidió darlos de baja y reemplazarlos con los más pequeños y económicos Airbus H145M.

El US Army parece compartir estas preocupaciones sobre las posibilidades de las aeronaves tripuladas en escenarios bélicos modernos (siempre pensando en China y en el teatro de operaciones del Pacífico), y teniendo en cuenta la efectividad demostrada por los drones, no solo cerró el programa FARA, sino que invertirá esos recursos en desarrollar medios “de reconocimiento aéreo no tripulado de vanguardia, eficaces, capaces y con capacidad de supervivencia, así como la adquisición de pequeños sistemas no tripulados comerciales”, a fin de “adelantarse a las nuevas necesidades del campo de batalla”.

Drones iraníes Shahed-136
Drones kamikaze iraníes Shahed-136, producidos y utilizados masivamente por Rusia.

Al revisar el programa FARA a la luz de los nuevos avances tecnológicos, la evolución del campo de batalla y las previsiones presupuestarias actuales, los mandos del Ejército de EE.UU.  consideraron que el aumento de las capacidades que ofrecía podría lograrse de forma más asequible y eficaz recurriendo a una combinación de medios no tripulados (drones) y basados en el espacio (satélites).

La guerra en Ucrania parece haber producido una baja no prevista, al derribar la confianza que se tenía en que los helicópteros de combate tripulados se mantendrían como una de las amenazas más letales sobre el campo de batalla del futuro.

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