A cinco días del incidente del Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines que escaló en la puesta en tierra obligatoria de más de 170 aeronaves de ese modelo alrededor del mundo, la Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos emitió hoy un comunicado en el que informó que ha notificado formalmente a Boeing que está llevando adelante una investigación «para determinar si Boeing no logró garantizar que los productos terminados se ajustaran a su diseño aprobado y estuvieran en condiciones de operación segura en cumplimiento con las regulaciones de la FAA».
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«Las prácticas de fabricación de Boeing deben cumplir con los altos estándares de seguridad a los que legalmente están obligados a cumplir», continúa el comunicado, donde detallan que además de la pérdida de la puerta también se detectaron discrepancias adicionales.
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El comunicado concluye con la misma y dura frase que la FAA viene utilizando en los últimos que emitió en la semana: «La seguridad del público viajero, y no el apuro, determinará el cronograma para volver a poner en servicio al Boeing 737-9 MAX».
La delegación de autoridad de la FAA, ha Sido muy cuestionada en la administración pasada de la FAA. Hoy cometen el mismo error al autorizar como inspectores FAA a personal de Boeing. La certificación de una aeronave para volar cómo servicio de transporte aéreo, requiere la participación de personal calificado sin compromiso laboral con la empresa fabricante.