El CEO de Ryanair, Michael O’Leary, ha expresado su preocupación sobre el control de calidad de Boeing tras el reciente incidente en el que una puerta desactivada de un Boeing 737-9 Max se desprendió en pleno vuelo en un viaje de Alaskan Airlines. O’Leary advierte de posibles caídas en las ganancias y aumentos en las tarifas debido a estos problemas continuos que afectan tanto a Boeing como a su competidor, Airbus.
Presiones en la cadena de suministro en toda la industria
En medio de una escasez global y una demanda creciente de aviones, tanto Boeing como Airbus están bajo presión para acelerar la producción. Sin embargo, esta prisa ha llevado a una serie de problemas de control de calidad, incluyendo el último incidente del Boeing 737, exacerbando los desafíos de la cadena de suministro a largo plazo.
O’Leary destacó el impacto de estos desafíos en las operaciones de Ryanair. La aerolínea, un cliente importante de Boeing con alrededor de 400 aviones en orden, enfrentó retrasos en las entregas. Estos retrasos se espera que reduzcan el número de pasajeros que Ryanair puede llevar el próximo año financiero, con una caída estimada de 205 millones a 200 millones de pasajeros.
Los desafíos no son exclusivos de Ryanair. Otras aerolíneas que operan aviones Airbus enfrentan interrupciones debido a inspecciones tempranas requeridas para los motores Pratt & Whitney, lo que lleva a cambios en los horarios y aterrizajes forzosos. Wizz Air, en particular, ha sido significativamente impactada, ajustando sus objetivos de crecimiento ante estos desafíos operativos.