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Prepararse para el impacto: las aerolíneas en Argentina reacomodan sus precios para absorber la devaluación del peso

Después de conocerse las medidas dictadas por el Ministerio de Economía, las líneas aéreas que operan en Argentina corren desde anoche una carrera para readecuar los precios y reflejar los cambios en la carga impositiva de los pasajes aéreos.

Tanto JetSMART como LATAM emitieron comunicados en los que informaban que están trabajando en los sistemas de reserva para «ajustar el nuevo tipo de cambio y la actualización de los impuestos asociados» y que podían presentarse «demoras» o «intermitencias» en el proceso de compra vía web.

Los sitios de Aerolíneas Argentinas y Flybondi no presentan, por el momento, ningún aviso al respecto. En la página de la compañía de bandera algunas búsquedas al azar permiten ver que la disponibilidad de la clase tarifaria más baja es muy baja (no podemos afirmar que sea nula, pero en las simulaciones no pudimos encontrar precios en Tarifa Promo), pero podría tratarse tanto de demanda genuina como de una medida de autoprotección.

Ofrecer las clases Base, Flex o Business/ Premium Economy permite adquirir pasajes a quien necesite más allá del precio, manteniendo cierto margen para absorber el movimiento brusco del tipo de cambio.

Dólar a $800: dobles los costos, ¿dobles los precios?

Si bien no hubo anuncios oficiales por parte de ninguno de los operadores, el traslado a precios del nuevo tipo de cambio oficial es inevitable. En una industria cuya mayoría de costos se calculan -y abonan- en dólares y los tickets se venden en pesos argentinos, la capacidad de cobertura de los primeros es, desde ayer, sensiblemente menor.

Los costos de combustible, leasing, mantenimiento y entrenamiento, entre otros, fueron alcanzados por una medida a favor: el ministro Caputo anunció ayer la eliminación de las SIRASE, que le permitía a los operadores -a través de esa solicitud- acceder al tipo de cambio oficial para el pago de insumos y servicios.

La discrecionalidad del circuito de aprobaciones del instrumento generó más de una vez quejas y reclamos ya que hizo que diversos operadores de la aviación en el país -tanto de la aviación comercial como la ejecutiva, general y deportiva- enfrentaran demoras en la entrega de aviones, repuestos, insumos y entrenamiento de pilotos.

Eliminadas las SIRASE, los operadores podrán acceder al dólar oficial con menos restricciones, lo que reducirá las fricciones en la operación. Pero el costo del (casi) libre acceso es pagar 800 pesos por cada dólar, cuando hace 24 horas luchaban por acceder a un tipo de cambio de $400. Si la cuestión es un dólar accesible a 800 o imposible a 400, es claro que el equilibrio debe estar más cerca de lo real que de lo nominal.

No hay precisiones aún sobre cuál será el porcentaje en el que se actualizarán los precios de los pasajes, pero fuentes de la industria comentaron que esperan que sea importante, más allá de los incrementos graduales que venían acompañando el ritmo inflacionario.

Completada la recuperación, se frena el crecimiento

El sistema aerocomercial argentino mostró un ritmo de recuperación en la pospandemia que había permitido superar la cantidad de pasajeros transportados tanto en doméstico -impulsado por el programa Previaje, que implicó fuertes subsidios a la actividad turística- como el internacional, umbral que fue finalmente traspasado en noviembre de este año, según las estadísticas de ANAC.

Las medidas económicas impactarán de lleno sobre un sector de la población que había encontrado en el avión un medio de transporte accesible, sobre todo en la relación distancia/tiempo/medio de transporte. Un pasaje de avión competía en paridad con un pasaje en ómnibus de larga distancia.

La distorsión de precios permite hoy, luego de los anuncios, comprar un pasaje en la ruta Buenos Aires- Bariloche para la segunda quincena de abril con una valija despachada de 15 kg por 73.000 pesos en Flybondi y 83.000 en Aerolíneas Argentinas. Para quien lee, puede parecer mucho dinero, o relativamente poco; y ahí está el problema.

No hay valor de referencia. Para la misma ruta, un viaje en micro cuesta 60.000 pesos y un transfer en auto de Campana a Ezeiza (104,7km) ronda los 54.000. Lo único claro es que el costo para el pasajero será mayor, lo que dificultará el acceso.

Este sector -porque hay una parte de la población que nunca viajó en avión y otra parte que seguirá viajando, aún con el incremento esperado- había sido el motor del crecimiento de la industria: el pasajero que viajaba por primera vez. Ese viajero era el objetivo de las compañías Low Cost que operan en el país, y el panorama que venía gris ahora es un poco más oscuro.

Ya en la previa, JetSMART decidió trasladar un Airbus A320ceo de la filial argentina a Perú, un mercado con movimiento similar pero en el que hacerse con las ganancias de la operación es sensiblemente más fácil. Flybondi está acondicionando su avión número 16, al tiempo que busca abrir su operación en Brasil.

Tal vez el mercado brasileño -no exento de sus dificultades y desafíos particulares- sea un reaseguro para tener una libertad parecida a la que gozan las filiales de Indigo Partners en Sudamérica y para las que Argentina es una variable más. LATAM, avianca (todavía más dentro del paraguas de Abra) y SKY también tienen en esa multiplicidad un margen que hoy parece imprescindible.

Aerolíneas Argentinas deberá hacer lo que vino haciendo: concentrarse en la gestión. Es poco probable que haya modificaciones mayores en su situación en el futuro inmediato, por lo que tendrá que asegurar la continuidad de la operación. Dentro de esa continuidad se encuentran los planes de renovación de flota y de prestación de servicios a terceros.

La renovación de flota como un instrumento de reducción de costos a largo plazo -mayor costo de leasing pero menor costo de operación- y los servicios a terceros como un generador de ingreso genuino. Mantenimiento y simuladores -CEFEPRA, como unidad de negocio, genera ganancias- pueden dar una mano en la situación compleja que se viene, con la inevitable desaceleración de la demanda.

Ningún operador está exento del cimbronazo: la devaluación/inflación generará un traslado a precios brusco, que limitará el acceso al mercado aerocomercial. Fuera de estas cuestiones, es ineludible concluir que un tipo de cambio más real -y por tanto, unos precios de pasajes más cercanos a esa realidad- permitirá a las compañías tener mayor previsibilidad sobre el mediano y largo plazo, siempre en el supuesto que estas medidas y las subsiguientes funcionen.

Hemos sido argentinos el suficiente tiempo para saber que este «esfuerzo» se parece mucho a otros que se han pedido con la misma vehemencia y el mismo convencimiento de que, tras otro período de dificultades, esta vez sí va a funcionar. Nadie escapa a la máxima de que la economía es, ante todo, un acto de fe.

Horas después de los anuncios, la industria se prepara para un aterrizaje de emergencia. Y espera, con suerte, seguir volando.

Pablo Díaz (diazpez)
Pablo Díaz (diazpez)
Director Editorial de Aviacionline. Ante todo, data-driven.

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3 COMENTARIOS

  1. Les dijeron que el ajuste lo pagaría la clase política la casta, hoy asoma la verdad, esto en apenas 2 días se convirtió en una selva donde queda claro en que posición y de parte de quien está el león.

  2. El ajuste siempre lo paga el pueblo y los políticos no, hasta ahora no escuché ninguna medida en contra de la casta como reducción de sueldo , dieta o bajar el número de asesores,en el congreso o cobrar impuesto a los jueces solo bajo el número de ministerios pero igual alcanza para beneficiar a amigos y familiares, es tan grande el estado que alcanza para seguir viviendo de el.

  3. Que fiasco estas medidas son peor que el Rodrigazo, Alsogaray, Krieger Vasena,Martinez de Hoz eran un poroto al lado de este aprendiz de Cavallo.

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