La administración Biden estaría negociando con Vietnam la venta de un paquete de armamento, incluida una flota de cazas Lockheed Martin F-16.
Washington y Hanói están en conversaciones sobre un acuerdo para la mayor transferencia de equipo militar de la historia entre los antiguos adversarios de la Guerra Fría, según le relataron dos personas familiarizadas con el asunto a Reuters. El paquete de armamento que EE.UU. buscaría vender a Vietnam incluiría una flota de aviones de combate Lockheed Martin F-16, así como su armamento y equipo asociado.
El acuerdo se encuentra aún en sus primeras etapas, con términos exactos aún por concretar, y puede que no llegue a concretarse. Pero fue un tema clave de las conversaciones oficiales entre Vietnam y Estados Unidos en Hanoi, Nueva York y Washington durante el mes pasado.
«Tenemos una relación de seguridad muy productiva y prometedora con los vietnamitas y vemos movimientos interesantes por su parte en algunos sistemas estadounidenses, en particular todo lo que pueda ayudarles a vigilar mejor su dominio marítimo, quizá aviones de transporte y algunas otras plataformas», dijo un funcionario estadounidense a Reuters..
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El enemigo de mi enemigo…
La llegada de los cazas norteamericanos permitiría que la Fuerza Aérea Popular de Vietnam (Không Quân Nhân Dân Việt Nam, en vietnamita) se refuerce y modernice, ya que hoy cuenta con unos 40 cazas pesados Sukhoi Su-27 y Su-30MK2, que son su principal medio de defensa aérea, y una treintena de viejos Su-22 de ataque, a los cuales los F-16 podrían reemplazar.
Pero más importante aún, es que la potencial venta de una flota de cazas F-16 tendría como resultado el establecimiento de una relación de cooperación estratégica/militar, entre estos dos antiguos enemigos, cuya duración se medirá en décadas.
Las posiciones de Hanói y Beijing se encuentran enfrentadas por las surgidas de las reclamaciones territoriales superpuestas en el Mar de China Meridional. Situación que Washington pretende aprovechar para reforzar su cerco alrededor de China y entorpecer sus su expansión territorial sobre el Pacífico.
Incluso la administración Biden está considerando la posibilidad de estructurar condiciones de financiación especialmente favorables para que Vietnam pueda costear la compra y operación de los nuevos sistemas de armas norteamericanos, que implicarían una fuerte inversión en la modernización y adaptación de la infraestructura militar vietnamita, así como un significativo cambio doctrinal para sus Fuerzas Armadas.
Aquí si los indios ven el hueco para el HAL Tejas, sería la solución más interesante para Vietnam para enfrentar los cazas J-10 chinos equivalentes. No como los infructuosos intentos de Nueva Delhi con Argentina, frente a la oferta del JF-17 también de Pekín. Dado que Tailandia, el otro rival regional de Hanói, ya opera tanto el F-16A (como los ofertados de segunda mano por Biden) como aliado de Washington, como alternativos aviones JAS-39E sueco-norteamericanos, dentro de las aeronaves de caza monomotor con las que reemplazar los veteranos Su-22M soviéticos a nivel internacional. Porque a sus ex-colonialistas franceses no les van comprar algún Dassault Mirage 2000 y Rafale ni soñando, y el Ef-2000 europeo está comercialmente difunto. Aunque siempre se puede hablar con Moscú, y hasta con Taipéi, para recibir unidades de segunda mano MiG-29M y AIDC F-CK-1 (reemplazados por los F-16 de segunda mano que también les han prometido los estadounidenses a estos chinos).