En un desafío sin precedentes, los pilotos de planeadores lituanos Algirdas Šimoliūnas, Sakalas Uždavinys e Ignas Bitinaitis, planean cruzar Europa en un planeador, sin motor, durante este mes de agosto.
Con una trayectoria que ya incluye vuelos a vela sobre los Estados bálticos en 2016 y hasta el Mar Negro en Ucrania en 2018, los tres pilotos aspiran ahora a su mayor hazaña: alcanzar la costa del océano Atlántico en Portugal, convirtiéndose en los primeros en atravesar el viejo continente sin motor. Para cumplir con esta ambiciosa empresa, tendrán que cubrir una distancia de aproximadamente 4000 km.
Los pilotos planean completar el viaje en un plazo de diez días, duplicando el tiempo que tardaron en llegar al Mar Negro desde Lituania. Han escogido Portugal como destino por su significado histórico, ya que este año se conmemora el 90º aniversario del vuelo transatlántico de los aviadores lituanos Darius y Girėnas, además de su posición como uno de los países europeos más alejados de Lituania.
Según el capitán del equipo, A. Šimoliūnas, «Volar hasta Portugal es nuestro mayor reto hasta la fecha. Personalmente, quiero volar atravesando Europa, los diferentes países, sus culturas, y así inspirarme libertad y coraje a mí mismo y a todos los lituanos«.
La ruta propuesta, que incluye Lituania, Polonia, Alemania, Francia, España y finalmente Portugal, está sujeta a variaciones en función de las condiciones meteorológicas. Como los planeadores utilizan las corrientes de aire caliente para elevarse, son extremadamente sensibles a las condiciones climáticas y al terreno sobre el que vuelan. El calor es esencial para un vuelo exitoso, mientras que los vientos fuertes y la lluvia son obstáculos que los pilotos tratarán de evitar.
Si las condiciones meteorológicas lo requieren, los pilotos planean adaptar la ruta de vuelo sobre la marcha, pudiendo elegir entre rutas septentrionales y meridionales y contando con una red de unos 10 aeródromos a lo largo de diferentes países europeos donde podrían aterrizar si fuera necesario.
Además de la complejidad de la navegación, los pilotos también deben coordinar los planes de vuelo diariamente. «Para los que no volamos todos los días en zonas internacionales, coordinar los planes de vuelo será todo un reto«, admitió Šimoliūnas.
Con respecto al funcionamiento del vuelo sin motor, los pilotos se valen de las corrientes de aire caliente, conocidas como columnas térmicas, para ascender. En condiciones meteorológicas favorables, un planeador puede alcanzar velocidades de hasta 200 km/h y volar hasta 1000 km en un solo día (los pilotos lituanos planean volar entre 400 y 500 km al día). Si no se encuentra una corriente de aire cálido, el piloto debe aterrizar en el aeródromo más cercano o en una zona de aterrizaje apropiada, como un prado o campo.
El despegue de un planeador requiere una pista de al menos 500 metros y la ayuda de un avión o un torno de lanzamiento. El planeador se eleva a una altitud de aproximadamente 600 metros antes de soltarse y continuar su vuelo.
«Cuando vuelas por la ruta en una sola línea, cruzando muchas corrientes de aire diferentes, puedes ver aproximadamente 50 km por delante y no sabes lo que viene después. Hay situaciones en las que parece que el aire está ahí, las nubes están ahí, pero entras en una zona de descenso en la que la velocidad empieza a bajar 3 m/s y pierdes toda la altitud que necesitas muy rápidamente. En realidad, a veces tienes entre 5 y 10 minutos antes del descenso. El piloto de planeador tiene que ser capaz de orientarse, de decidir qué hacer a continuación«, afirma A. Šimoliūnas.
El histórico vuelo está programado para los días 10 y 11 de agosto de este año, marcando una nueva página en la historia de la aviación en Lituania y en todo el mundo.