La certificación del Boeing 737 MAX 7 está demorando «una cantidad de tiempo considerable» debido a los nuevos requisitos de documentación exigidos por la Administración Federal de Aviación (FAA), afirmó el fabricante estadounidense.
A pesar de ello, la compañía aún cree que puede obtener la aprobación de rigor antes de finales de este año, según un reporte de la agencia Reuters. Tanto el 737 MAX 7 como el MAX 10 son claves para que Boeing pueda competir con Airbus en el segmento de fuselaje angosto. No obstante, ninguno ha obtenido la certificación que les permita iniciar sus operaciones comerciales.
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Boeing prepara los últimos documentos del 737 MAX 7
De acuerdo con el fabricante, actualmente se están preparando los últimos documentos exigidos por la autoridad reguladora estadounidense mientras avanza el proceso normativo necesario para aprobar el inicio de las operaciones.
«La cantidad de documentación que estamos produciendo sobre estos aviones, en relación con la que teníamos que producir en el pasado, es considerablemente mayor», aseguró Mike Fleming, vicepresidente senior para Programas de Desarrollo Comercial de Boeing.
De acuerdo con declaraciones citadas por Reuters, la Administración Federal de Aviación sostuvo, una vez más, que «la seguridad dictará los plazos» y que no realizan comentarios sobre certificaciones en curso.
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Idas y vueltas del proceso
A finales de septiembre de 2022, el regulador informó a Boeing que la documentación presentada para certificar al MAX 7, la variante más pequeña de la familia, era inadecuada. Como consecuencia, era improbable que el proceso se completara antes de finales de ese año.
El 1 de enero de 2023 entraría en vigor la Aircraft Certification, Safety and Accountability Act (ACSAA), que endurecería las condiciones necesarias para la obtención del certificado tipo de una nueva aeronave. La nueva normativa, aprobada en 2020, había surgido como respuesta a la controversia generada alrededor de la naturaleza del proceso que permitió la aprobación de las variantes MAX 8 y MAX 9, las únicas que actualmente operan comercialmente, de forma expeditiva.
En ese contexto, la empresa debía cumplir con los nuevos requisitos de sistemas de alerta en cabina, mucho más exigentes que los que permitieron que la Administración Federal de Aviación otorgara una exención a la necesidad de mejorar estos mecanismos. La única manera de evitarlo sería obtener una prórroga del Congreso de los Estados Unidos.
Si bien en un principio la propuesta fue rechazada, la legislatura bicameral finalmente eximió a ambas variantes. Se trató de una buena noticia para Boeing, que así evitó rediseñarlas para cumplir con los nuevos requisitos. Sin embargo, el proceso de certificación continúa y aún no tiene un final a la vista.
Más allá de estos avatares, y a pesar del futuro incierto de dos de ellas, la compañía continúa encontrando clientes interesados en las cuatro variantes de su último desarrollo de fuselaje angosto.
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