El CEO de Boeing, David Calhoun, no va a recibir su bonificación por rendimiento debido a la incapacidad de la empresa para cumplir el plazo de entrada en servicio del 777X y otros objetivos no alcanzados. Está mal, pero no tan mal: recibirá un paquete de retención mayor, lo que siembra dudas sobre la evaluación crítica que supuestamente hizo el consejo directivo sobre su actuación al frente del fabricante.
Boeing ha fracasado en la consecución de múltiples objetivos, como el avión presidencial, el avión cisterna KC-46 y el entrenador T-7A Red Hawk. El proyecto Boeing 777X lleva un retraso considerable y la demanda del avión es incierta. El único logro aparente de Calhoun es el regreso seguro del Boeing 737 MAX, que comenzó antes de que él asumiera el cargo de CEO.
Según Dhierin Bechai, que escribió «Boeing: The Fake 777X CEO Pay Cut» para Seeking Alpha, Calhoun recibió una bonificación basada en el rendimiento de 21.988 unidades de acciones restringidas (Restricted Stock Units – RSU) en 2020, valoradas en más de 7 millones de dólares. Sin embargo, debido a su incapacidad para alcanzar los objetivos fijados, se le retiró la bonificación.
Pero en febrero, Boeing concedió a Calhoun 25.000 RSU, lo que plantea dudas sobre la autenticidad del recorte salarial de Calhoun, ya que perdió 22.000 RSU pero ganó 25.000 RSU, a pesar de que su rendimiento sigue siendo cuestionable.
En 2022, los ingresos de Calhoun como consejero delegado de Boeing ascendieron a 21,8 millones de dólares, que incluían un salario base de 1,4 millones, 17 millones en incentivos a largo plazo y 3,4 millones en incentivos anuales. La decisión de la junta de rechazar la bonificación por rendimiento de Calhoun y ofrecerle una bonificación de retención más generosa generó críticas en varios círculos de la compañía.