La compañía de producción de combustibles estadounidense LanzaJet inició el último martes la construcción de su primera planta de producción de combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) a base de etanol.
La instalación, llamada Freedom Pines Fuels, estará ubicada en Soperton, Georgia. Según informó la empresa en un comunicado, la construcción y puesta en marcha de la planta podría concretarse el año próximo.
Cuando esté plenamente operativa, producirá cada año diez millones de galones de SAF y diésel renovable a partir de etanol. Para ello, se utilizará una gama de etanol de baja intensidad de carbono obtenido a partir de materias primas procedentes de residuos. De acuerdo con LanzaJet, la nueva planta «aproximadamente duplicará la producción actual de combustible sostenible en los Estados Unidos».
«Construir una nueva industria y desarrollar una nueva tecnología es apasionante y, al mismo tiempo, difícil», explicó Jimmy Samartzis, director general de LanzaJet. «Hemos tenido el privilegio de asociarnos con increíbles líderes de los sectores público y privado para apoyar nuestro trabajo en este viaje», agregó.
Por otra parte, Samartzis aseguró que el inicio de la construcción de la planta representa un hito tanto para la compañía como para el sector de producción de este tipo de combustibles de menor impacto ambiental. «Se ha completado la fabricación y construcción de nuestra novedosa tecnología de conversión del etanol en combustible de aviación sostenible y de sustitución», destacó.
El rol del SAF en el futuro próximo
Actualmente, la aviación aporta entre el 2% y el 3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de origen antropogénico. En los últimos años, la industria ha enfrentado una creciente presión por parte de la sociedad civil y los organismos reguladores para avanzar en la implementación de soluciones que permitan reducir la huella ambiental de la actividad aérea.
Muchas tecnologías se encuentran aún en fases incipientes de desarrollo y no es esperable que estén ampliamente disponibles en el corto plazo. En ese contexto, el combustible de aviación sostenible representa una de las mejores oportunidades para reducir las emisiones en el corto plazo y cumplir con los objetivos previstos por la industria.
Sus características permiten su utilización en motores aeronáuticos actualmente operativos y no requieren mayores adaptaciones de la infraestructura terrestre actual. No obstante, su coste es elevado y el nivel de producción actual no permite alimentar las operaciones aéreas a gran escala.
A pesar de ello, la producción de este tipo de combustibles alcanzaría los 300 millones de litros en 2022, lo que representa un incremento del 200% en comparación con los niveles de 2021, según reportó IATA en el marco del IATA Global Media Days que tuvo lugar en Ginebra, Suiza. Cálculos más optimistas ubican la producción total en cerca de 450 millones de litros.
De acuerdo con la organización, la producción de SAF representará este año entre el 0.1% y 0.15% del total de combustible utilizado por la aviación. En 2019 la proporción era del 0.01%. Además, se estima que la capacidad de producción crecerá más del 400% entre 2022 y 2025.
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