Luego de muchas idas y vueltas, Dassault Aviation y Airbus lograron alcanzar un acuerdo sobre la siguiente fase de desarrollo del futuro avión de combate europeo FCAS/SCAF.
Accord entre #DassaultAviation et @Airbus sur l’avion de combat du futur https://t.co/8b6o121Apy
Dassault Aviation and #Airbus reach agreement on future combat aircraft https://t.co/ArJ7LmyhPo#NGF #FCAS #SCAF pic.twitter.com/URoCLg8jZD— Dassault Aviation (@Dassault_OnAir) December 1, 2022
El director general de Dassault Aviation, Éric Trappier, brindo una entrevista publicada hoy por el periódico Le Figaro, en el cual informó que había alcanzado un acuerdo industrial con Airbus sobre el avión de combate de nueva generación (NGF), componente esencial del SCAF/FCAS.
«El SCAF es un proyecto político lanzado por el presidente Emmanuel Macron y la canciller Angela Merkel en 2017, y que se encuentra paralizado desde el verano de 2021. Así que, sí, hoy está hecho. Tenemos un acuerdo con Airbus», se congratuló el Sr. Trappier.
Luego de un año de disputas por el reparto de las cargas de trabajo entre la los socios industriales y, especialmente, por la protección de los derechos de propiedad intelectual, finalmente Éric Trappier, pudo informar al presidente Emmanuel Macron y a Sébastien Lecornu, Ministro de las Fuerzas Armadas, que se llegó un acuerdo industrial con Airbus.
Una salida en falso
Tanto Airbus como Indra habían anunciado el 18 de noviembre que las discusiones entre los Gobiernos de Alemania, España y Francia, y sus respectivas industrias aeroespaciales sobre la siguiente fase del programa FCAS habían concluido exitosamente, y solo restaban realizar una serie de pasos formales antes de realizar la firma de contratos que daría inicio la Fase 1B de desarrollo. Sin embargo, desde Francia no surgía más que silencio.
A los pocos días, el 21 de noviembre, Éric Trappier brindó una entrevista en la que tiraba un baldazo de agua fría sobre los comunicados optimistas que habían emitido las empresas españolas y alemanas: “Se hizo una especie de anuncio pseudopolítico. Creo que las aprobaciones alemanas —que fueron difíciles de conseguir— salieron a la luz y eso a su vez dio lugar a algunas filtraciones. Pero todavía no está hecho”.
El CEO de Dassault advirtió que el acuerdo “no está completamente finalizado” y que “no se ha firmado nada entre Dassault y Airbus”.
¿Dassault se salió con la suya?
Durante un año, hubo un intercambio de acusaciones entre, principalmente, Airbus Alemania y Dassault Aviation, sobre qué sector resultaba más favorecido en el reparto de responsabilidades de los distintos pilares de desarrollo del futuro sistema de combate aéreo de próxima generación europeo.
Desde Dassault, argumentaban que por su capacidad y experiencia como fabricante histórico de aviones de combate para las Fuerzas Armadas francesas, ellos debían liderar el pilar del desarrollo del demostrador de vuelo del futuro caza de sexta generación, y Airbus D&S SAU (España) junto a Airbus D&S GmbH (Alemania) quedarían en un segundo lugar, como “socios principales”.
Desde Alemania, las críticas eran duras. Por un lado, en cuanto a la carga de trabajo, la industria aeroespacial alemana acusaba que los acuerdos alcanzados favorecían excesivamente las posiciones francesas, en detrimento de sus propios intereses. Por otro lado, se argumentaba que al final, Alemania terminaría subsidiando el desarrollo aeroespacial francés, ya que el pilar del demostrador del futuro caza de sexta generación, es el que requiere más avance tecnológico de todos.
A nivel político, la decisión estaba tomada, tanto en Francia como en Alemania o España, el problema era a nivel empresarial. Pero parece que la cuestión se zanjó a satisfacción de Dassault.
«Podremos entrar en la nueva fase de estudio, denominada 1B, que debe preparar el desarrollo de un demostrador, que debería volar en torno a 2029… Hemos sido confirmados en nuestro papel de contratista principal y arquitecto del avión y hemos obtenido la protección de nuestros conocimientos industriales y nuestras tecnologías… Ser el artífice de un nuevo avión de combate es muy motivador para nuestra empresa, nuestros equipos, los de Airbus, nuestro principal socio, Indra y nuestros socios históricos Safran, Thales y MBDA. Por no hablar de nuestro ecosistema de subcontratistas en los tres países que participarán en la aventura… Por no hablar de todos los jóvenes que contrataremos para trabajar con los mayores que participaron en la aventura del Rafale», dijo entusiasmado Eric Trappier.
Ahora solo resta esperar la firma formal de los contratos para que la carrera para diseñar al sistema de combate aéreo sucesor del Eurofighter y Rafale, pueda continuar.