Todavía no eran las seis de la mañana en Yopal, en el corazón del Llano colombiano, pero sus calles ya se iban desperezando. Los negocios levantaban sus cortinas y los primeros saludos del día acompañaban a un sol que tímidamente empezaba a aparecer y que en unas horas sería implacable.
El movimiento de una ciudad que se despierta con el maravilloso olor a café y arepas se hamaca en su música, omnipresente y particular. Se hicieron las seis y la radio oficialmente daba inicio al día con el himno colombiano.
Estábamos en el bus camino a la Reserva Natural El Encanto de Guanapalo, ubicada en San Luis de Palenque, setenta kilómetros lineales -110 de carretera- al este de Yopal invitados por el Grupo LATAM y la Fundación Cataruben para conocer el proyecto CO2Bio.
Antes de venir, estaba seguro de que podía resumir el proyecto en una frase: una iniciativa de conservación que la aerolínea apoya financieramente y de la que compra créditos de carbono. Pero es bastante más que eso.
La agenda de sostenibilidad de la aviación global está sobre la mesa: se impuso a partir de objetivos claros y ambiciosos de OACI, que piensa en una industria con plena neutralidad de carbono para 2050. Pero la pregunta detrás de ese objetivo no es ni Qué, ni Para Qué; la pregunta es Cómo.
El dilema irreductible es cómo lograr avances significativos hoy cuando la tecnología que necesitamos para impulsar esos avances es, en muchos casos, una cuestión del mañana. El hidrógeno está lejos, el vuelo eléctrico tiene sentido en volúmenes y distancias cortas y los sistemas híbridos están todavía en las primeras etapas de prueba de concepto.
Además, una cosa es la teórica, otra la factibilidad técnica, otra la rentabilidad operativa y, mucho más importante y complejo, otra es la existencia de un marco regulatorio que permita certificar estas nuevas tecnologías para transportar gente por plata.
Todos estos escollos deberán sortearse y estar disponibles en una cantidad suficiente como para generar un cambio real en 27 años. Para todo lo que hay que hacer, un cuarto de siglo es un pestañeo.
«Cuando mi abuelo volaba, en los años 50, convertir a la aviación en un medio de transporte seguro y asequible era impensado y parecía imposible», dice Juan José Toha, Director de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad del Grupo LATAM. «Sin embargo, pudo hacerse; hoy la aviación es el medio más seguro del mundo y la cantidad de pasajeros transportados crece año a año.»
Conservar Transformando
Con CO2Bio, LATAM se involucra en el trabajo de una fundación con un enfoque diferente para lograr un cambio: la solución no está en proteger áreas inmensas haciendo nada, básicamente porque no es allí donde está el problema.
Cataruben, en cambio, eligió propulsar un cambio significativo en una escala que parece menor pero no lo es: en un ambiente en el que conviven más de dos mil especies y en el que hay al menos treinta amenazadas, CO2Bio busca apoyar a los productores locales para que puedan repensar la forma de hacer las cosas, incorporando tecnología y un mindset de conservación e innovación que redunda en mejoras productivas, de proceso y económicas.
Ahí la clave: para conservar hay que transformar. Mostrar que aquello que se hizo de un modo específico por generaciones no está tallado en piedra y que puede mejorarse. Que pequeños cambios modifican para bien el resultado inmediato y que permiten pensar en el largo plazo.
La fundación les da a los productores herramientas de todo tipo: desde asesoramiento tributario hasta consultoría de procesos que les permitan obtener certificados para sus productos. Les dan canales de venta directa de lo que fabrican para que un intermediario no se quede con una parte. Enseñan a identificar oportunidades de ingreso adicional, por lo que un productor sigue haciendo aquello que supo siempre, pero incorpora servicios o productos suplementarios.
«La ganadería siempre fue lo nuestro, pero hoy sumamos apicultura y ecoturismo», nos cuenta Carlos Zambrano, Gerente Operativo de El Encanto de Guanapalo. Zambrano continuó la explotación de la hacienda familiar y hoy exporta sus cortes de carne con el sello de USAID al lado de su marca, cultiva abejas y organiza «Safaris llaneros». Como él, otras 700 familias han recibido apoyo directo de Cataruben. Y el efecto catalítico se nota, cuando la cantidad de gente que busca ingresar a CO2Bio crece exponencialmente.
«Todo el tiempo recibimos propuestas de los grandes productores para que pasemos el tractor y pasemos al monocultivo» dice María Fernanda Wilches, directora de la Fundación. «Pero si bien el beneficio económico es inmediato, el daño al suelo es inmenso y lo degrada hasta dejarlo inutilizable. Las consecuencias de ceder ante los conglomerados son muchas.»
Ganar mentes y corazones
Una pregunta que repetí a varios actores es cómo se puede generar un cambio genuino de procesos en comunidades que han hecho las cosas de la misma manera por generaciones. Tal vez la mejor respuesta, complementaria a la de Toha, sea la de Eduwin Hincapié, Biólogo y director de Gestión Científica de la Fundación Cataruben.
«No fue fácil: es un trabajo que arrancó hace 15 años, a través de fundaciones e iniciativas aisladas que inicialmente, pudieron convencer amigos. Aproximadamente 9 años atrás empezamos a integrar esos proyectos individuales en uno y conseguimos notoriedad y apoyo.»
Con ese apoyo llegaron las grandes organizaciones como USAID y LATAM, lo que también implicó un desafío: modificar procesos internos. «Fue duro. Hubo que repensar cómo hacíamos muchas cosas porque las auditorías eran intensas. Pero las superamos y acá estamos, cambiando las cosas.»
El apoyo de la Fundación cambió drásticamente el panorama de la región, y no se limita a la compensación de carbono: las tareas de conservación se complementan con investigación científica, empleo y abre oportunidades a los jóvenes de pensar en una carrera en la Orinoquía.
Las tareas de conservación de humedales, de cuantificación de carbono que permite tener una idea certera de la cantidad de bonos que se pueden vender y las actividades adicionales -no maderables- que los productores locales agregan a su cartera de ingresos son parte de un núcleo que incluye investigación en metagenómica y monitoreo satelital. La Fundación inclusive realiza mapas de calor de la región y alerta a los productores para que tomen acción y puedan prevenir incendios forestales.
Soluciones trasladables
Hablando con Eduwin, queda claro que el paso más dificultoso ya está dado. «La primera integración a la actividad de un productor llevó 9 años de intenso aprendizaje de todas las partes. Hoy estamos avanzando con otros productores y estimamos que podemos implementar la solución en menos de dos.»
¿Se abre la posibilidad de exportar el know-how a otras áreas de interés ecológico similares a los humedales del Llano? Para Hincapié, sería un paso lógico. La fórmula de Cataruben y CO2Bio es fácil de decir, aunque difícil de hacer: hay áreas de importancia global para la conservación de la biodiversidad, el carbono y el agua en las que el concepto de Conservación Eficiente es fundamental. Implementar cambios en estas áreas, que representan apenas el 10% de los puntos críticos para la conservación a nivel global, tiene un impacto exponencial en los resultados.
No se trata de plantar iniciativas en cualquier lado, sino de maximizar la relación entre esfuerzo y resultado. Sudamérica está llena de estos paraísos -llámense selvas, llanuras o humedales- y con el modelo correcto, la región puede ser pionera de este cambio.
«Nos encantaría que existan proyectos como CO2Bio en otras áreas de Sudamérica» dice Toha. «Pero requiere de una coyuntura política y legal que tenga incentivos y estímulos».
«Sudamérica tiene todo para ser líder en SAF (Sustainable Aviation Fuel), pero todavía no produjo un solo litro» dice Toha. ¿Qué falta entonces para que ese liderazgo se consolide? «estímulos y planes a largo plazo, coordinados entre los diferentes gobiernos de la región, que estén por arriba de agendas partidarias y que sean realmente transfronterizos», agrega. «El SAF va a incrementar su producción y va a bajar de precio. Pero no puede ni debe ser la única carta sobre la mesa si queremos llegar a 2050 cerca de cumplir los objetivos.»
En un escenario en el que el Combustible Sostenible está lejos, es escaso y caro, la compensación de Carbono parece ser el camino más viable. «Pero no es simplemente cuestión de poner plata y comprar bonos» dice María Lara, directora de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de LATAM Colombia. «LATAM debe ser un aliado estratégico, que permita apalancar acciones que conviertan a las iniciativas en proyectos rentables y competitivos.»
La idea no es quedarse simplemente en el medio ambiente: como toda estrategia de Sostenibilidad, necesita de ejes en lo social y en lo económico para que pueda mantenerse en el tiempo y evite las tentaciones de aquellos que prometen ingresos hoy sin considerar qué dará de comer mañana. Esas corporaciones que ponen delante de sus intenciones una agenda verde que hace agua, pero no aporta hidrógeno.
«En Chile hay iniciativas de legislación contra el greenwashing -estrategias corporativas medioambientales con más marketing que cambio real- que nos hicieron revisar íntegramente nuestros planes, y tuvimos que modificar algunos puntos de nuestra propuesta para asegurar que lo que hacemos va en serio», agrega Toha.
El grupo y la Fundación Cataruben firmaron la semana pasada un acuerdo a 10 años para proteger las 575.000 hectáreas que hoy abarca el proyecto. «Parece un montón, pero es un inicio», dice Hincapié. «Nos permite trabajar tranquilos, pensar en programas de educación de mediano plazo. Es algo nuevo, y nos da más fuerza.»
«No es fácil impulsar el cambio, pero alguien tiene que dar el primer paso. Si una empresa como LATAM no toma la iniciativa, ¿dónde esperamos que pase?» se pregunta Juan José Toha.
«Siempre nos quedamos mirando a ver quién se anima, esperando que se anime otro. ¿Y quién es ese otro?«
«Las tareas de conservación de humedales, de cuantificación de carbono que permite tener una idea certera de la cantidad de bonos que se pueden vender» conservar no es compensar carbono emitido.
Esos humedales ya existían en el equilibrio previo a la generación de emisiones de las industrias que los quieren vender o usar para compensar sus emisiones.
Hay mucho engaño o greenwashing con este tema: se puso de moda vender bosques a organizaciones que los «protegen» y venden los bonos de carbono, por carbono absorbido que ya existía antes.
Les dejo un video interesante sobre el tema https://youtu.be/AW3gaelBypY
Saludos