Korea Aerospace Industries ganó el concurso para suministrar a la Real Fuerza Aérea de Malasia con 18 aviones de combate ligeros FA-50, pero uno de los licitadores perdedores impugno el resultado.
Según el medio The Edge, la firma surcoreana se ha convertido en el principal candidato para conseguir un contrato de USD 873 millones para suministrar a la Real Fuerza Aérea de Malasia (RMAF o TUDM) con 18 aviones de combate ligeros (LCA) FA-50, según fuentes conocedoras del resultado. Sin embargo, la adjudicación habría desencadenado una investigación de la Comisión Anticorrupción de Malasia (MACC), a raíz de una denuncia de uno de los licitadores no seleccionados.
Se cuestiona la idoneidad de la adjudicación, ya que el parlamento se disolvió el 10 de octubre para las elecciones y la licitación fue adjudicada por un gobierno provisional. El organismo anticorrupción ha abierto un expediente sobre el asunto.
Mientras tanto, el ministro de Defensa provisional, Datuk Seri Hishammuddin Hussein, asegura que el contrato está siendo gestionado de forma profesional por los responsables del acuerdo de miles de millones de ringgit.
«Ahora sólo soy un ministro interino. No estoy seguro de los detalles, pero dejemos que el ministerio haga su trabajo y lo hará de forma profesional. Cuando llegue el momento, se anunciará», dijo.
Vea también: ¿Adiós al AFJT? Airbus quiere promocionar el KAI FA-50 en Europa occidental
El concurso LCA de Malasia
El 22 de junio, el Ministerio de Defensa de Malasia dio inicio a la licitación para el programa LCA / LIFT para adquirir 18 aviones a reacción ligeros. Ocho de estos aviones deben estar configurados principalmente como entrenador avanzado líder (LIFT), mientras que los 10 restantes serían aviones de combate ligeros LCA (Light Fighter Aircraft).
El programa es parte del plan «Capability 55» de la RMAF. Lanzado en 2018, el mismo estipula la adquisición de 36 nuevas plataformas LCA / FLIT en dos fases, con 18 aviones que se comprarán a partir de 2021 y el resto a partir de 2025. Los 36 aviones están destinados a equipar un escuadrón LIFT y dos LCA.
Los aviones configurados como entrenadores FLIT (o LIFT) están destinados a reemplazar a la flota de siete Aermacchi MB-339CM, que actualmente están en tierra fuera de servicio. Mientras que los aviones de combate ligero (LCA) deberán reemplazar a los 18 BAE Systems Hawk Mk 108 biplazas (entrenamiento y ataque) y Mk 208 de monoplaza de ataque ligero, complementando a los F/A-18D Hornet y Su-30MKM de la RMAF.
El concurso malayo resulta muy interesante porque en él compiten todos los modelos de caza ligero actualmente disponibles en el mercado.
Los concursantes son seis; la china CATIC con su JF-17 B, KAI con el FA-50 Block 20, Leonardo, con su M-346 Master (pero se habría retirado del consurso), Hindustan Aeronautics Ltd (HAL) con el Tejas, la turca TAI que ofreció su Hürjet (cuyo primer prototipo aún no voló) y la rusa Rosoboronexport, con un mix de cazas polivalente MiG-35 y entrenadores avanzados el YAK 130.
La terna preseleccionada
Los criterios de selección establecidos por la TUDM incluyen la entrega de los aviones de forma escalonada a 36 meses después de la firma del contrato. El LCA debe poder realizar reabastecimiento de combustible en vuelo, poseer capacidades de combate aire-aire más allá del alcance visual, debe ser supersónico y debe incorporar un 30% de piezas de fabricación local.
De entre los seis oferentes iniciales, la Real Fuerza Aérea Malaya preseleccionó al HAL Tejas Mk1A, el KAI FA-50 y el sino pakistaní JF-17 Thunder, como las aeronaves que mejor se ajustaban a los requisitos y necesidades del concurso LCA. Siendo, aparentemente, la oferta coreana la favorita.
La impugnación
Los licitadores no seleccionados, insatisfechos con el resultado, afirman que el proceso de evaluación no fue enteramente transparente.
«Parece que el proceso de evaluación de cada licitación es opaco. Si ese fuera el caso, podrían haber iniciado una negociación G2G (Gobierno a Gobierno) directamente con la parte preferida, en lugar de convocar una licitación abierta. La principal razón por la que alguien convocaría un concurso abierto es para asegurarse la mejor relación calidad-precio; aumenta la competencia y da a todos una oportunidad justa de competir por el contrato», dijo una fuente a The Edge.
Además, y principalmente, está el asunto del Gobierno provisional. Un gobierno provisional no puede asumir nuevos compromisos de gasto que no sean de tipo rutinario, ni celebrar contratos públicos importantes, afirma la directora general del Instituto para la Democracia y los Asuntos Económicos (IDEAS), Tricia Yeoh, en una declaración en la que comenta las limitaciones y responsabilidades de un gobierno provisional.
Según afirma Yeoh, un Gobierno provisional «debe abstenerse de aprobar cualquier política importante que pueda afectar al país a largo plazo. Esto incluye la realización de nuevos nombramientos políticos o la adopción de cualquier decisión importante en materia de contratación pública o presupuestaria. Sus acciones deben regirse por los principios de responsabilidad, Estado de Derecho y necesidad exclusivamente».
Así que parece que el ganador del programa de avión de combate ligero, ya sea el FA-50 u otro, se decidirá en los tribunales, cuando se conforme un nuevo gobierno.