La guerra entre Ucrania y Rusia tuvo un correlato de sanciones occidentales contra esta última, y entre esas sanciones se encuentran la provisión de aviones y repuestos de compañías europeas y estadounidenses.
El gobierno ruso tomó medidas drásticas para garantizar la continuidad de las operaciones aerocomerciales de cabotaje y, en menor medida, internacionales, pero la duda rondaba en el aire: más allá del avión, la cadena logística y de suministros siempre fue finita, y las aeronaves dependen de repuestos y sistemas que son provistos por fabricantes o su cadena de proveedores.
De acuerdo con lo reportado por el periódico ruso Vedomosti, en abril y mayo la autoridad aeronáutica rusa (Rosaviatsia) expidió certificados de desarrollador de aeronaves a cinco empresas para autorizarlas a realizar la modificación, certificación de cambios menores y emisión de documentación técnica, incluyendo la aprobación de la documentación de reparación y sus cambios.
Entre las empresas que recibieron los certificados se encuentran el Instituto Estatal de Investigación de la Aviación Civil, S7 Technics (que forma parte del grupo S7), la Fábrica de Aviación Civil de los Urales, Aviation Engineering Solutions y el Instituto de Instrumentación Aeronáutica Navigator.
También, según Vedomosti, pidieron la certificación Volga-Dnepr engineering, UTair-engineering, Aviagrand, A-technics del grupo Aeroflot y Aviaintercom, pero hasta el momento Rosaviatsia no se expidió sobre sus requerimientos.
La medida, que no por temeraria no era casi esperada, llega después de la negativa de China a proveer partes para las flotas de aviones occidentales que operan en Rusia, lo que la obliga a buscar repuestos y rotables en mercados menores aunque importantes como los de India y Turquía.
Si bien inicialmente los certificados emitidos por la autoridad aeronáutica apuntan al recambio o reparación de interiores, asientos y elementos de confort o herramental de cocina, la presión para mantener operativos los aviones de las aerolíneas podría derivar en una medida que apunte al reemplazo de piezas más complejas.
La pérdida de trazabilidad derivada de la instalación de piezas no homologadas podría generar que los aviones no puedan recuperar su aeronavegabilidad aún en el supuesto de que fueran devueltos a los lessors que los reclaman, por lo que existe una seria chance de que los equipos afectados por estos cambios pierdan su valor comercial.