En los últimos años, el mundo de la aviación ha seguido el problemático proceso de reorganización de la aerolínea nacional sudafricana, South African Airways (SAA). La empresa, que ya estaba mal antes de la pandemia, con una estructura hinchada y problemas financieros, llegó a tener su cierre anunciado por miembros del gobierno, pero se salvó gracias a una aportación multimillonaria del Estado.
De acuerdo con lo reportado por nuestro sitio asociado Aeroin, tras meses de realizar sólo un puñado de vuelos chárter, humanitarios y pocos vuelos regulares con los aviones restantes, la empresa estatal obtuvo la aprobación para asociarse con un grupo privado y vender el 51% de sus acciones.
El valor nominal de la transacción, según los informes de los medios de comunicación, fue de sólo 3 dólares, que el Consorcio Takatso pagó al gobierno sudafricano por el control de South African Airways. El gobierno, a su vez, asumió enormes pasivos arrastrados de la fase anterior de la empresa.
Sin embargo, según un artículo de Bloomberg, el Tesoro Nacional de Sudáfrica emitió un informe en el que cita que las condiciones contractuales estaban muy distorsionadas para el comprador. El documento había sido publicado, pero luego fue retirado de la red por el gobierno sudafricano. Aun así, los periodistas pudieron acceder a la información.
Según el informe, el contrato tiene lagunas que obligan al gobierno sudafricano a asumir otras responsabilidades si el inversor privado así lo decide. Como no podía ser de otra manera, el asunto ha generado polémica y aún no se sabe cómo se desarrollarán los próximos pasos.
Esta información va en contra de lo anunciado el año pasado, cuando el gobierno informó de la venta del control de la empresa. Según el anuncio, el Estado ya no tendrá ninguna obligación financiera con la empresa tras la transferencia de control. A su vez, Takatso deberá invertir hasta 258 millones de dólares en los próximos tres años.