El proyecto de presupuesto en Defensa de Japón para el año fiscal 2022 registró un aumento del 1.1% respecto del presupuesto del año 2021, estableciendo un nuevo record y conformando el octavo año consecutivo de incrementos.
Esta tendencia viene dada por la creciente tensión fronteriza con China y su alineamiento a la política de contención en el pacífico, liderada por EE.UU. Ligado a ello, en Japón se está desarrollando una nueva mirada de su política estratégica, que va abandonando la doctrina meramente defensiva para ir gradualmente convirtiendo a las Fuerzas de Auto-Defensa de Japón (JSDF, por su sigla en inglés) en una herramienta con capacidad de proyección de poder más allá de sus aguas jurisdiccionales.
Uno de los ejemplos más claros de este cambio de enfoque, es la incorporación del Lockheed Martin F-35B, lo que simboliza el retorno de la capacidad expedicionaria de la Armada Japonesa en base a portaaviones, capacidad de la que no disponía desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
F-35 y los nuevos “portaaviones” de Japón
El F-35 Bravo, de despegue en corto y aterrizaje vertical podrá operar desde posiciones avanzadas en las diferentes cadenas de islas que componen el archipiélago japonés, pero su principal hogar será a bordo de los buques clase Izumo.
Los Izumo fueron presentados al público y prensa mundial como destructores porta-helicópteros, cuya principal función es la lucha anti-submarina (o ASW, por sus siglas en inglés). Pero en realidad, desde un comienzo se los diseñó y construyó teniendo en cuenta al F-35B y al MV-22 Osprey. Las dimensiones de los hangares, los pesos de los elevadores y la resistencia al calor de la cubierta fueron configuradas para el despliegue de una fuerza de combate aero-naval basada en el F-35 y el Osprey.
Tokyo web informa que unos 53 millones de dólares figuran en el nuevo presupuesto para realizar las modificaciones necesarias (pista inclinada Sky-Jump?) en el Izumo para dejar el buque listo para recibir al F-35.
Se invertirá una suma de 443 millones de dólares para la compra de 4 F-35B, que se suman a los 2 aviones adquiridos durante el año fiscal 2021.
Pero también está creciendo el número de unidades de F-35A adquiridas para la Fuerza Aerea, ya que el presupuesto FY2022 reserva una suma de casi USD 670 millones para la compra de 8 nuevas unidades. En total, Japón busca adquirir 105 F-35A y 42 F-35B.
F-15JSI, el Súper Interceptor Japonés
Anunciada desde hace algunos años, la esperada y necesaria modernización de la flota de F-15J de la Fuerza Aérea Japonesa (JASDF) a la versión F-15JSI se viene posponiendo por aumentos imprevistos de los costos.
Pero el medio Jiji informa que finalmente el presupuesto para la modernización de los F-15 fue aprobado, con un importe de más de 452 millones de dólares. Para ahorrar dinero, se decidió no agregarles la capacidad anti-buque lejana que iban a adquirir a partir de la incorporación del misil AGM-158 Joint Air-to-Surface Standoff Missile (JASSM) de Lockheed Martin.
Si van a incorporar radares AESA APG-82 y nuevos sistemas de guerra electrónica de última tecnología. Pero uno de los principales factores que hacen al programa JSI tan necesario, son los trabajos de reparación y “rejuvenecimiento” de las células. Los F-15J están sufriendo un gran desgaste, ya que aumentaron exponencialmente las salidas a investigar vuelos de aviones chinos y rusos cerca de sus fronteras, con lo que la operatividad de la flota de F-15 japonesa se está viendo seriamente comprometida.
El sucesor del Mitsubishi F-2, el programa F-X
El programa para desarrollar el caza japonés de próxima generación tiene un presupuesto asignado para el 2022 de más de USD 746 millones (con un presupuesto total estimado en 40.000 millones de dólares). Parte de ese dinero se invertirá el desarrollo de los motores. Este trabajo se llevará a cabo conjuntamente, entre Japón y la reconocida firma Rolls-Royce del Reino Unido, como parte de un acuerdo de asistencia técnica.
Con todas estas inversiones, Japón busca consolidar una poderosa y moderna Fuerza Aérea, que contará con interceptores F-15 altamente modernizados, F-35A para el ataque a objetivos terrestres y navales críticos y el F-X, que se debería estar incorporando más allá del 2035, aportando una necesaria ventaja tecnológica que haga frente a los aviones de 5ta generación de China y Rusia.
Y la Amada Japonesa se transformará en un arma de disuasión, al adquirir la capacidad de proyección y de conducción de operaciones aeronavales lejanas, amenazando las líneas de comunicación y logísticas del adversario.