El 15 de septiembre de 2016 a las 20:43 despegó desde el complejo espacial de Kourou, a bordo de un cohete Vega, el satélite de observación terrestre de alta resolución PerúSAT-1. Cinco años después, más de 67.000 imágenes obtenidas por el mismo han sido distribuidas a más de 500 instituciones peruanas. Desde su lanzamiento, el satélite ha sido controlado por especialistas del Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (CNOIS) peruano.
La información que entrega PerúSAT-1 es de vital importancia para el monitoreo de cultivos, gestión de riesgos y desastres, y monitoreo de tráfico. El Mayor General de la Fuerza Aérea Peruana y jefe de la Agencia Espacial, José Antonio García Morgan, remarcó en un comunicado de prensa que «ha quedado demostrado lo importante que es la información satelital en la toma de decisiones, por lo que debemos seguir trabajando para mantener nuestra presencia en el espacio».
PerúSAT-1 fue construido por Airbus Defence and Space. Su construcción se realizó en tiempo récord (dos años) y requirió $206,7 millones de dólares. Orbita la Tierra a una altura de 702,5 km, lo que le permite tomar hasta 300 imágenes diarias. Si bien su diseño estipula una misión de diez años los especialistas de la Agencia Espacial estiman que podría ser extendida. Su vida podría alargarse «algunos años más» de acuerdo a la cantidad de combustible disponible a bordo y a las maniobras orbitales requeridas.
Además del satélite, el programa PerúSAT-1 incluyó la infraestructura terrestre para recepción y procesamiento de imágenes y control de vuelo. Esta fue construida -también por Airbus Defence and Space- en San Isidro, Lima.