El programa F-X para el futuro avión de combate de 6ta generación en el que Japón está trabajando para reemplazar al Mitsubishi F-2, será propulsado por un par de motores desarrollados conjuntamente entre IHI Corporation de Japón y Rolls-Royce del Reino Unido.
El nuevo avión de combate, a construir por MHI (Mitsubushi Heavy Industries) y que seguramente reciba la designación F3, es uno de los proyectos de defensa más ambiciosos del Japón, con un presupuesto estimado de 40.000 millones de dólares.
La compañía produjo el F-2 (al cual del F-3 reemplazará a partir del 2030/35), desarrolló el demostrador de tecnología X-2 y también tiene una línea de ensamblaje final y un depósito de reparación para el Lockheed Martin F-35A.
Y si bien la industria japonesa de alta tecnología está a la vanguardia del mundo, hay áreas en las que se considera que su desarrollo en solitario resultaría demasiado largo y caro, por lo que la Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística del país (ATLA) viene desde hace tiempo manteniendo charlas y consultas con diferentes empresas extranjeras para conseguir las transferencias de tecnologías necesarias.
Dentro de esta estrategia, ATLA seleccionó a Lockheed Martin para proporcionar apoyo técnico al programa, en particular sobre materiales RAM y estructuras de materiales avanzados.
En cuanto a su motorización del F-X, según informa el medio japonés Asahi, el Gobierno seleccionó a la compañía Rolls-Royce, que está ya trabajando en la propulsión para el programa Tempest, sistema de combate aéreo de 6ta generación.
Un funcionario del gobierno japonés dijo: «Se espera que el desarrollo colaborativo de motores conduzca a la producción en masa. Abrirá el camino para la reducción de costos y futuras exportaciones».
Japón y el Reino Unido están promoviendo la cooperación en el campo de la defensa, como el entrenamiento conjunto, y les gustaría profundizar aún más su relación a través del desarrollo de motores.
Los detalles se están ultimando y aún queda por ver cuál será el alance de esta colaboración. Japón tiene un programa de motor para el F-X muy prometedor, que ya tiene un prototipo de pruebas, el XF-91.
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Es una planta de poder notable, teniendo unas dimensiones que están entre las de un GE F-414, que equipan al F-18E/F o Gripen NG y la PW F-119 de un F-22, pero que pretende alcanzar prestaciones de empuje de 11 Tn en seco y 15 en post-combustión (similar a la F-119).
Rolls Royce podría ayudar a terminar el desarrollo de la XF-91 o convencer a Japón de que se sume a su proyecto de motor de próxima generación, que podría propulsar tanto al F-X como al Tempest.