Este miércoles (7) tuvo lugar la sexta ronda de subastas de concesiones aeroportuarias en Brasil, en la cual las empresas participantes realizaron en total ofertas por BRL 3.302 mil millones (USD 588 millones) para alzarse con la explotación de 22 aeropuertos divididos en tres bloques.
La cifra obtenida por el gobierno brasileño fue 1500% superior al monto mínimo que había sido definido por los pliegos, por lo que el proceso fue considerado un éxito por las autoridades.
El Bloque Sur, que abarca a los aeropuertos de Foz de Iguazú, Navegantes, Londrina, Joinville, Bacacheri, Pelotas, Uruguaiana y Bagé (en conjunto movilizaron 12,4 millones de pasajeros en 2019), resultó adquirido por la Companhia de Participações em Concessões, gigante brasileño especializado en concesiones de infraestructura, y que ya tiene participaciones en el aeropuerto Confins de Belo Horizonte, el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, el aeropuerto Juan Santamaría de San José de Costa Rica, y el Aeropuerto Internacional de Curaçao. El grupo ofreció un monto inicial de BRL 2.12 mil millones (USD 378 millones), venciendo a la española Aena Desarrollo Internacional y a Infraestructura Brasil Holding XII.
El mismo grupo resultó ganador del Bloque Centro, que incluye a los aeropuertos de Goiânia, São Luís, Teresina, Palmas, Petrolina e Imperatriz (en conjunto movilizaron 7,3 millones de pasajeros en 2019), ofertando BRL 754 millones (USD 134,2 millones), venciendo al Consorcio Central Airports y a ACI do Brasil.
Por último, el Bloque Norte, que comprende a los aeropuertos de Manaus, Río Branco, Cruzeiro do Sul, Tabatinga, Tefé, y Boa Vista (en conjunto movilizaron 4,6 millones de pasajeros en 2019), fue ganado por Vinci Airports tras ofertar BRL 420 millones (USD 74,9 millones), grupo que ya tiene presencia en Brasil operando el aeropuerto de Salvador de Bahía, y en la región participa del aeropuerto Pudahuel de Santiago de Chile, Guanacaste (Liberia, Costa Rica) y seis aeropuertos de República Dominicana, entre ellos el de Santo Domingo.
Además del aporte inicial a pagar a la firma de los contratos, los nuevos concesionarios también deberán abonar una subvención variable sobre los ingresos brutos, establecida en porcentajes crecientes calculados a partir del 5º al 9º año del contrato, siendo constante desde entonces hasta el final del contrato de concesión, según explican en nuestro medio asociado en Brasil, Aeroin.net. Este es un mecanismo para ajustar los contratos a las fluctuaciones en la demanda y los ingresos a lo largo de la concesión.
La siguiente etapa de la subasta, el 14 de abril, será la entrega de los documentos de calificación de los postores ganadores. La firma de los contratos de concesión debe realizarse luego de que el resultado haya sido ratificado por la Junta de ANAC.
Se espera que las nuevas concesionarias de los 22 aeropuertos subastados realicen inversiones del orden de BRL 6 mil millones (USD 1,06 mil millones) durante los 30 años de concesión. Según los Estudios de Viabilidad Técnica, Económica y Ambiental (EVTEA), las inversiones estimadas por bloque aeroportuario serán de BRL 2,86 mil millones para el Bloque Sur, BRL 1,8 mil millones para el Bloque Centro y BRL 1,48 mil millones para el Bloque Norte.
Hasta 2011 la mayoría de los aeropuertos brasileños estaban a cargo de la empresa estatal Infraero, pero, en el marco del crecimiento del sector aerocomercial y de cara a la renovación necesaria para dos eventos de alcance global (Mundial de Fútbol 2014 y Juegos Olímpicos de Río en 2016), el gobierno avanzó en la privatización de los principales aeropuertos en diferentes rondas realizadas aproximadamente cada dos años, en lo que representa otro símbolo de continuación de las políticas para el sector aeronáutico a pesar de los cambios de gobierno.
El primer aeropuerto concesionado fue el de Natal en 2011, mientras que en 2012 llegó el turno de Brasilia, San Pablo/Guarulhos y Viracopos, y en 2013 los aeropuertos de Río de Janeiro/Galeão y Belo Horizonte/Confins.
Las dos últimas grandes «joyas» de la corona son los aeropuertos de Congonhas en San Pablo y Santos Dumont en Río de Janeiro, cuya privatización se prevé para el año 2022 junto a otros 14 aeropuertos.