Desde el estallido de la pandemia la industria aerocomercial y aeroportuaria ha sufrido innumerables cambios en los procesos, muchos de los cuales probablemente permanezcan aún cuando se supere la crisis.
El enfoque multicapa pregonado por organismos como la OACI, la IATA y ACI se ha probado como un factor clave para la etapa de recuperación, la cual no ha estado exenta de sobresaltos al ritmo de las diferentes olas de contagio que enfrentan los países.
Por eso, dentro de todo este contexto sombrío para la aviación, llega desde Suiza una refrescante manera de pensar más allá de lo establecido y afrontar de otra manera los desafíos impuestos por la pandemia: la verdadera burbuja unipersonal para pasajeros.
Obviamente este video, realizado por la administración del aeropuerto de Ginebra, propiedad del gobierno estatal, es una broma en ocasión del 1 de abril, en el que se celebra en gran parte del mundo occidental el April Fools’ Day, equivalente al Día de los Santos Inocentes del 28 de diciembre de Hispanoamérica, durante el cual es habitual realizar bromas.
La utilización de la pandemia, aunque podría parecer arriesgada en algunos países como material humorístico, va muy a tono con el humor suizo, y esta acción promocional se traducirá para el aeropuerto de Ginebra en muchas menciones en la prensa y redes sociales.
Hasta podríamos arriesgar que más de uno va a tomárselo en serio, como ocurrió una vez en Argentina cuando SirChandler, durante el Día de los Inocentes, anunció el lanzamiento de la low-cost Chevaflecha como subsidiaria de las empresas de autobuses Chevallier y Flechabus y, bueno, algunos medios argentinos se lo creyeron:
En Latinoamérica y España los aeropuertos todavía están lejos de funcionar como marcas capaces de generar una identidad bien definida y provocar un verdadero engagement con sus usuarios más allá de la terminal. Existen en Brasil, Colombia o Chile algunas experiencias más destacables en ese sentido, pero sin aproximarse a cómo trabajan en Estados Unidos o Europa.