Rusia es cuna de de algunas de las más maravillosas e intrigantes historias aeronáuticas del mundo, razón por la que siempre me intrigó y sorprendió el diseño y los procesos envueltos en sus aeronaves.
Y para verlas a todas juntas, qué mejor idea que aventurarse a visitar el museo de Monino, durante un viaje a Moscú que realicé hace algunos años.
Ubicado a 45 kilómetros de la Plaza Roja, dentro de una base de la Fuerza Aérea Rusa, cuenta con la mayor colección de aviones de fabricación soviética en el mundo y una de las mayores colecciones de aviones en exposición. Su nombre oficial es, precisamente, Museo Central de la Fuerza Aérea de Rusia.
El Museo como tal fue creado en 1958 aunque la base en la cual se encuentra se fundó en 1940 con el nombre de Academia de la Fuerza Aérea, la cual preparaba a los oficiales de alto rango de la misma. En los ’60 el nombre cambió a la Academia Gagarin. El acceso del público estuvo restringido hasta 1999 debido a que todavia habia material clasificado de la Unión Soviética.
Hoy en dia despues de varias amenazas de cierre a través de los años, el museo sigue funcionando, habiéndose creado una nueva exhibición en el año 2020.
A través de sus pasillos se puede recorrer cronológicamente la fabricación y diseño de varias de sus aeronaves, muchas de ellas perlitas aeronáuticas, y también cuentan con algunos ejemplares robados post guerra a los Estados Unidos.
La colección es de unos 173 aviones dentro de los cuales se encuentran ejemplares únicos y raros como el Sukhoi T-4, Myasishchev M-50, Mig-105, Beriev VVA-14 y Mil Mi-12 entre tantos.
Llegar no es fácil, en mi caso desde el hotel tuve que tomar 2 metros, una Van y caminar varias cuadras. Hoy en día con las aplicaciones como Uber es todo más fácil pero aunque así no fuera, bien vale la pena una visita.
Espero disfruten las fotos que pude tomar.
Fotogalería
Si esos aviones hablaran…