Para que un aeropuerto sea reconocido como sustentable el U.S. Green Building Council creó la certificación LEED (Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible). Para poder obtenerla debe tener una eficiencia energética un 10 porciento mayor que el promedio, estar totalmente iluminado con fuentes naturales, debe realizar controles de ganancias térmicas y utilizar materiales de origen regional o reciclados para su construcción.
En América Latina son cada vez más los aeropuertos que buscan construirse o remodelarse para generar un triple impacto en la sociedad, la economía y el ambiente.
Aeropuerto Seymour – Ecuador
Más conocido como Aeropuerto Ecológico Galápagos, se construyó en el año 2012 y en 2014 se convirtió en el primer aeropuerto a nivel mundial en obtener la certificación LEED nivel oro.
Funciona al 100 porciento con energías renovables, eólicas y solares. El 35 porciento es a través de paneles fotovoltaicos ubicados en la terminal y el otro 65 porciento es generado por molinos eólicos ubicados estratégicamente en cercanía al aeropuerto.
Un dato interesante es que se utilizó piedra volcánica de la isla como revestimiento de los muros externos de la terminal para que el aeropuerto se complementara con el entorno, y las maderas y estructuras metálicas fueron reutilizadas y recicladas de la antigua terminal.
También cuenta con una planta desalinizadora que permite recuperar casi el total del agua, que luego se trata y reutiliza, evitando todo tipo de desecho.
Aeropuerto Internacional General Enrique Mosconi – Argentina
El aeropuerto de Comodoro Rivadavia es el primer aeropuerto argentino sustentable, que obtuvo la certificación mundial Leed de oro en el año 2019.
Desde su concepción fue pensado como una construcción sustentable con foco en el consumo de agua, el uso de la energía, la selección de materiales y recursos y el cuidado de la calidad ambiental interior. Utiliza un 25 porciento menos de energía que los aeropuertos tradicionales e incorporó vegetación en su techo para minimizar la absorción de calor, restaurando también las condiciones naturales de la zona.
Aeropuerto Internacional de Carrasco – Uruguay
Posee una planta solar fotovoltaica conformada por 1.540 paneles con seguimiento solar que le permiten aprovechar el movimiento y captar un 30 porciento más que los tradicionales. En el período 2017-2018 generaron un total de 663.542 kwh. Se encuentran en la transición de luces LED para todo el edificio y según su último reporte redujeron en un 69 porciento el volumen de emisiones de carbono en comparación a los niveles generados en 2015.
También tienen un sistema de acondicionamiento térmico con bombas de calor y free cooling. Estas toman el calor que se genera en ciertos lugares del edificio, lo derivan a una bomba eléctrica donde es potenciado y luego es redistribuido al lugar que se lo necesite.
Aeropuerto Internacional Diputado Luis Eduardo Magalhães – Brasil
Es el primer aeropuerto de Brasil que no realiza descargas de líquidos dado que recicla el 100 porciento de las aguas residuales tratadas y está totalmente iluminado con luces LED que obtienen su energía de fuentes solares. Su terminal de pasajeros es abastecida por su planta solar y está pensada para producir 6.300.000 kwh anuales.
Si bien no recibió la certificación LEED, es el aeropuerto más sostenible de Brasil según una encuesta realizada por la Agencia Nacional de Aviación Civil del país (ANAC). Cumplió con 33 de los 36 indicadores evaluados con una puntuación del 88,8 porciento.
Pero si decidimos guiarnos por las certificaciones, el aeropuerto posee el Nivel 2 de Certificación de Acreditación de Carbono (ACA), que lo reconoció como una institución verde.
Aunque estos dos últimos no recibieron la certificación LEED, demuestran el compromiso, al igual que muchos otros aeropuertos, de reducir su huella de carbono e hídrica, tratar sus desechos, minimizar la generación de residuos y aportar cada uno desde su lugar para cuidar al planeta.