Boeing anunció hoy los resultados del segundo trimestre del año y, a esta altura, no sorprende a nadie que el balance siga siendo negativo aún con el importante aporte de Boeing Defense & Space y Boeing Global Services.
Con Boeing Commercial en un momento malísimo, la compañía intenta reacomodar el panorama lo mejor que puede: para eso, necesita modificar el ritmo de producción de sus líneas de montaje. En este contexto de demanda de aviones en una baja pronunciada y que tiende a sostenerse en el tiempo mientras la recuperación post pandemia tiene un buen par de años por delante, los apuros por incrementar la producción y las entregas se desvanecieron.
Por tanto, Boeing anunció que reducirá el ritmo de recuperación de la producción del 737 MAX: hace dos años buscaba desesperadamente llevar la producción del modelo a 57 por mes, y hoy confirmó que espera tener un ritmo de 31 aviones/mes para 2022. Aún así, y dadas las circunstancias, el 737 MAX será el generador principal de caja de la compañía por los próximos 10 a 12 años, bajo el supuesto de que no haya nuevos pedidos en ese período ni nuevas cancelaciones (situación más que improbable).
El 787 Dreamliner vuelve a reducir su ritmo mensual: de un pico histórico de 14 aviones por mes, espera fabricar seis por mes en 2021 y considera fuertemente consolidar las dos líneas de producción en una sola planta.
En el caso de los 777/777X, la reducción es significativa: acomodándose a un escenario en el que los aviones de fuselaje ancho van a ser difíciles de llenar, lo que lleva a los clientes a no necesitarlos con tanta premura, la tasa de producción baja a dos aviones por mes, cuando la previsión anterior era de cinco por mes.
La compañía también anunció que no modificará la tasa de producción de los programas 767 y 747. El 767 en su versión carguero seguirá con el ritmo establecido de 3 por mes (esto no tiene en cuenta la producción del KC-46 Pegasus, variante militar del 767-400).
Para el 747, el ritmo de producción de 0,5/mes y la falta de pedidos nuevos conlleva una triste confirmación: el último Boeing 747 de la historia saldrá de la fábrica en 2022, cerrando un ciclo productivo de más de 50 años.
Hace poco contábamos que la fecha de entrada en servicio del 777X se había movido a 2022, un año después de la última fecha propuesta, tres años más tarde de la original (recordemos que el avión debería haber entrado en servicio en 2019).
Las ventas de la compañía cayeron un 25% a $ 11.810 millones de dólares en el trimestre, casi 1.400 millones menos de lo estimado previamente: 13.160 millones.