Y así sin más, llegamos al año 1914 y al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Siendo optimistas, y dejando de lado los millones de afectados por esta, fue un período de gran avance para la aviación, quien la mayoría del tiempo, remonta sus comienzos al uso militar y luego se extiende a lo comercial.
El Ilyá Múromets fue un avión biplano ruso, diseñado y construido por Ígor Sikorsky en la Fábrica de Vagones del Báltico en el año 1913. Fue el primer bombardero pesado cuatrimotor de su país y del mundo, utilizado desde el principio como unidad de bombardeo estratégico. En sus comienzos fue utilizado como avión comercial con un espacioso fuselaje e incorporando un salón de pasajeros y baño a bordo.
Uso comercial
Desde el nacimiento de su idea, este avión fue pensado como uno de lujo. Con dos grandes ventanas a cada lado de la cabina principal, también poseía un ala especialmente para los pasajeros donde podían encontrarse baños, sillones y camas; y otra parte en la cabina que tenía vista directa al accionar del piloto. ¡Quién iba a pensar que hace 106 años se viajaba igual o mejor que ahora!
El avión, también llamado S-22, poseía calefacción y luz eléctrica. La primera era suministrada por dos largos tubos de escape del motor que pasaban por los costados de la cabina, y la segunda era proporcionada por un generador accionado por el viento. A pesar de muchos avances, los instrumentos de vuelo eran primitivos pero más tarde, en las variantes de bombardero, se agregó un indicador de deriva y una vista de bomba elemental para ayudar al bombardeo.
El 11 de diciembre de 1913 el Ilyá Múromets realizó su primer vuelo, y el 11 de febrero de 1914 realizó su primera demostración con 16 pasajeros y un canino, número nunca antes alcanzado.
Uso militar
Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, su creador decidió cambiar el diseño para convertirlo en el primer avión apto para el bombardeo. Modificó la cabina de pasajeros por soportes internos capaces de cargar 800 kg de bombas, sumando la posibilidad de colocar 9 ametralladoras para la autodefensa en diferentes ubicaciones, incluyendo el extremo de la cola, y protegiendo los motores con un blindaje de 5 mm. Esta versión militar fue creada específicamente para volar a gran distancia tanto en funciones de bombardeo como de reconocimiento.
Cuando estalló la guerra, de una producción inicial de diez aviones, solo dos bombarderos se completaron. En agosto de 1914, el Ilya Muromets fue presentado al Servicio Aéreo Imperial Ruso y el 10 de diciembre de 1914, los rusos formaron su primer escuadrón de diez bombarderos, aumentando a 20 el número para el año subsiguiente.
Durante las primeras etapas no tuvo adversario ya que las potencias centrales no tenían aviones capaces de hacerle frente. Sin embargo, los alemanes intentaron copiar su diseño utilizando los fragmentos de los bombarderos que habían derribado sobre su territorio en septiembre de 1916.
El Ilyá Múromets realizó más de 400 salidas y lanzó 65 toneladas de bombas durante la guerra. Para el año 1916 el modelo ya había llegado al máximo de sus prestaciones y al agregarle mayor blindaje el avión se volvió demasiado pesado y no pudieron hacérsele nuevas mejoras. Esto, sumado al desgaste por el vuelo, produjo que sólo quedaran 4 bombarderos en primera línea y que Ígor Sikorski creara un nuevo tipo de avión llamado Alexander Nevsky.
Entre los meses de mayo y octubre de 1921, el S-22 retornó a su función original de transporte de pasajeros en la línea Moscú-Jarkov, continuando seis de ellos en servicio como avión de pasajeros civil y uno como avión de correo. Después de transportar 60 pasajeros y dos toneladas de carga, se consideró que los Ilya Muromets eran demasiado difíciles de mantener y el 10 de octubre de 1922 fueron retirados.
Características
La creación de este avión se basó en el S-21 Russky Vityaz, uno de los primeros aviones con múltiples motores en Rusia.
El S-22 fue construido en madera con una longitud de 18 metros y una envergadura de 30 metros, motivo por el cual se lo conocía también como “Le Grand”. Pesaba 3150 kg y podía alcanzar una velocidad máxima de 110 km/h. Al ser un avión bombardero y de reconocimiento, llevaba instalado un sistema para tomar fotografías aéreas y un fuerte armamento defensivo casi con nulos ángulos muertos.
Este avión se destacó por haber sido el primer multimotor del mundo en producción (no hay acuerdo entre los historiadores pero se estima que se produjeron entre 73 y 80 unidades), estableció un récord mundial al hacer el viaje de ida y vuelta desde San Petersburgo a Kiev en 14:38 hs y 13 hs respectivamente, y por haber transportado 16 pasajeros en su vuelo inaugural, cantidad nunca antes alcanzada.