Boeing confirmó ayer martes que había encontrado residuos de objetos extraños (en inglés: FOD- Foreign Object Debris) en los tanques de combustible de los aviones 737 MAX no entregados, en un nuevo revés para la compañía mientras trata de abordar los importantes problemas de control de calidad.
Los residuos se encontraron en un número no revelado de aviones preservados en instalaciones en el estado de Washington y Texas, donde se acomodaron los stocks de aviones producidos hasta el retorno al servicio.
La compañía almacenó los aviones a la espera de la aprobación de los organismos reguladores para autorizar el regreso al servicio activo, una vez completado y validado el proceso que modifica el software de control de vuelo y los regímenes de entrenamiento del avión. Boeing dijo que no anticipa que este descubrimiento modifique las fechas estimadas de regreso del avión, que según dijo podría ocurrir a mediados de año.
Tras el reporte inicial, publicado por Leeham News and Comment, la compañía dijo que los restos fueron descubiertos durante las inspecciones de rutina, pero no detalló cuántos aviones se vieron afectados o cuándo salieron de la línea de producción.
Las preocupaciones sobre las deficiencias de producción podrían agregar un factor nuevo y potencialmente perjudicial mientras la Administración Federal de Aviación examina la flota existente de 737 MAX para volver al servicio.
La FAA ya anunció que incluso después de aprobar los cambios de software y capacitación de pilotos que afectan a toda la flota, los inspectores de la agencia verificarán la condición general de cada avión en tierra y su cumplimiento con las reglas de mantenimiento antes de permitir que los pasajeros vuelvan a bordo.
El año pasado, el jefe de la FAA, Steve Dickson, instó públicamente a Boeing a intensificar las evaluaciones de seguridad relacionadas con problemas generales de producción, aunque no dio más detalles.
Boeing dijo que está inspeccionando los 400 MAX no entregados e intensificando los esfuerzos para evitar la recurrencia de problemas de FOD, ya que no es un problema nuevo: hubo reportes de residuos tanto en los 787 Dreamliner como en los KC-46A, producidos en fábricas separadas. De hecho, en el caso del reabastecedor en vuelo, el Departamento de Defensa estuvo más de una vez a punto de cancelar el contrato por los continuos problemas de producción y control de calidad. La producción del Pegasus se frenó dos veces, tras encontrar herramientas y pedazos de trapo dentro de los tanques del avión. Al día de hoy, mientras se siguen entregando a las ARW (Air Refueling Wing), el DoD está reteniendo pagos como multa por los diversos problemas operativos del avión. En fin.
La compañía dijo que está implementando nuevas prácticas e inspecciones para evitar los llamados incidentes de FOD en su fábrica de Renton, donde se produce el MAX.
«La presencia de FOD es absolutamente inaceptable», dijo el gerente general de 737, Mark Jenks, en un mensaje enviado a los empleados por Boeing. «Un solo error ya es demasiado».
Boeing dijo que ha estado utilizando la suspensión del ensamblaje de los MAX para mejorar sus procesos de producción. Sin embargo, el descubrimiento de residuos en aviones no entregados indica que esos esfuerzos por mejorar el control de calidad parecen escasos.
Tras ser informada sobre este último problema por Boeing, la FAA emitió una breve declaración indicando que la compañía estaba realizando una inspección voluntaria de los aviones no entregados.
La agencia no dio detalles de cuántos aviones encontraron con problemas. Pero los primeros resultados ya han llevado a una mayor supervisión de la agencia. La FAA dijo que «ha aumentado su vigilancia en base a los informes de inspección iniciales y tomará más medidas en función de los resultados».