Ayer se conoció a través de un comunicado que Boeing removió al Director Ejecutivo Dennis Muilenburg de su rol como presidente de la Junta, en lo que parece ser un movimiento orientado a atar el destino de Muilenburg a la vuelta al servicio del 737 MAX.
«La separación de los roles de CEO y presidente permitirá que Muilenburg se concentre en lograr que el avión vuelva al servicio». Si bien la junta expresó su continuo apoyo a Muilenburg, prometió una «supervisión activa» de su desempeño, lo que evidentemente trata de mandar una señal a clientes, operadores y público en general.
David Calhoun asumirá el cargo de presidente no ejecutivo. Calhoun, de 62 años y ex jefe de la división de aviación de General Electric, destaca en el consejo por su profunda experiencia aeroespacial y ha sido mencionado en años anteriores como candidato para el puesto de CEO de Boeing. Es decir: te saco este puesto y pongo en tu lugar a alguien que tranquilamente puede ser CEO de la empresa.
Muilenburg, de 55 años, tiene una presión sobre los hombros que crece con cada día que el MAX no vuelve a volar. Van 7 meses de grounding, la expectativa de empezar la recertificación en Octubre-Noviembre es grande pero no sorprendería a nadie que los requisitos para pasar las pruebas sean suficientemente grandes como para que el MAX requiera un certificado tipo distinto del 737. Y eso sería un problema inmenso, porque implica reentrenamientos y pruebas mucho más exhaustivas que las que permitieron que al MAX se lo habilitara como una evolución del 737 NG.
Las acciones cambiaron poco después del cierre de las operaciones regulares en Nueva York, habiendo avanzado un 1.1% a $ 374.92 en la sesión del viernes. Boeing se desplomó después de que comenzara la prohibición de volar en marzo, pero las acciones han subido un 17% desde mediados de agosto, ya que los inversores apostaron a que Max pronto volvería al servicio. Esa es la mayor ganancia en el Dow Jones Industrial Average durante ese período.
La junta pronto agregará un director que será parte de un nuevo panel de seguridad, dijo Calhoun en el comunicado. El Comité de Seguridad Aeroespacial es parte de una iniciativa de seguridad ordenada por la junta. «Tenemos plena confianza en Dennis como CEO» dijo Calhoun.
Por otra parte, Muilenburg dijo que estaba «totalmente de acuerdo» con la decisión. «Todo nuestro equipo está absolutamente enfocado en reincorporar al MAX de manera segura al servicio y cumplir con todos los compromisos de nuestra compañía», dijo en el comunicado.
Hace bastante que dentro de la compañía se venía reclamando separar Presidente de CEO, pero este mismo año Boeing se opuso, diciendo que los directores deberían poder seleccionar su estructura de liderazgo en lugar de estar obligados por una «política inflexible».
En el centro de toda la movida, se juntan dos cosas: como decíamos antes, la recertificación del MAX se sigue alargando, y los resultados de la compañía vienen siendo flojos en otras áreas: el 777X demorado, los pedidos del 787 entraron en una meseta y meter el 797 en el freezer (aun con la idea de revivir un 767 con motores nuevos) le deja el terreno libre a Airbus para dominar el Middle of the Market.
Sumémosle a eso que se viene la presentación de resultados del tercer trimestre, en donde todo lo que mencionamos se junta y se esperan pérdidas de entre 1700 y 2000 millones. En 2018, la compañía había entregado a esta fecha 190 aviones. En 2019, sólo 63.
Una semana después de dar a conocer los resultados del tercer trimestre, Muilenburg deberá comparecer ante el Congreso de Estados Unidos, cerrando un Octubre inolvidable para el bueno de Dennis.
La semana pasada le preguntaron en una entrevista si él era la persona adecuada para sacar a Boeing de la crisis, Muilenburg respondió: “Esto no se trata de mí, ¿verdad? Se trata de nuestra empresa y de lo que hacemos por nuestros clientes «. Y cerró diciendo:» Serviré en este rol con todo lo que tenga mientras la junta quiera que lo haga «.
Ingeniero aeroespacial de formación y empleado de toda la vida, el CEO es la imagen pública de la empresa en un momento extremadamente complicado para Boeing. Eso lo convirtió en el blanco de críticas que sostienen que Boeing fue demasiado lento para explicar completamente el papel del MCAS en los accidentes.
Tal vez esta asociación entre el nombre de Muilenburg y el 737 MAX sea demasiado para sostener en el futuro, y Dennis se retire de Boeing cuando haya cumplido el objetivo de devolverlo al servicio. Esta decisión de separarlo de la junta parece ser el primer paso elegante para hacer dependiente el destino de uno al del otro.