Qantas hizo historia al realizar el primer vuelo experimental sin escalas entre Nueva York y Sydney, con un tiempo de vuelo de 19 horas y 16 minutos, utilizando un Boeing 787-9.
Del mismo participaron 49 pasajeros, en sus mayoría empleados de Qantas, y tripulantes, entre quienes se encontraban varios médicos que realizaban evaluaciones del bienestar y la salud de los pasajeros.
La investigación a bordo está diseñada en asociación con el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney y la Universidad de Monash.
Los datos de este vuelo ayudarán en un futuro a Qantas a ver qué tipo de servicio se ofrecerá a los pasajeros y tripulación en vuelos de ultra larga distancia para su comodidad y afectado lo menos posible a la salud de los mismos.
Las pruebas en los pasajeros contaron con dispositivos de tecnología portátil que analizaron experiencias específicas en diferentes etapas del vuelo de 19 horas.
Los científicos y expertos médicos del Centro Charles Perkins supervisaron los patrones de sueño, el consumo de alimentos y bebidas, la iluminación, el movimiento físico y el entretenimiento a bordo durante el vuelo para evaluar el impacto en la salud, el bienestar y el reloj corporal, con el objetivo de ayudar a reducir el impacto del JetLag.
Los investigadores de la Universidad de Monash trabajaron con los pilotos para registrar los niveles de melatonina de la tripulación antes, durante y después del vuelo. Los pilotos usaron un dispositivo EEG (electroencefalograma) que rastrea los patrones de ondas cerebrales y monitorea el estado de alerta. El objetivo es establecer datos para ayudar a construir el patrón óptimo de trabajo y descanso para los pilotos que operan servicios de larga distancia.
Al llegar a Sydney, el CEO de Qantas Group, Alan Joyce, dijo: “Este es un hito realmente importante para la aviación. Con suerte será un adelanto de un servicio regular que acelerará la forma en que las personas viajan de un lado del mundo al otro”.
“Sabemos que los vuelos de ultra larga distancia plantean algunos desafíos adicionales, pero eso ha sido cierto cada vez que la tecnología nos ha permitido volar más lejos. La investigación que estamos haciendo debería darnos mejores estrategias para mejorar la comodidad y el bienestar en el camino”, continuó Joyce.
“Los vuelos nocturnos generalmente comienzan con la cena y luego se apagan las luces. Para este vuelo, comenzamos con el almuerzo y mantuvimos las luces encendidas durante las primeras seis horas, para que coincidieran con la hora del día en nuestro destino. Significa que comienzas a reducir el jetlag de inmediato”, agregó.
El ejecutivo también destacó ahorro en tiempo: “Nuestro servicio regular con una escala de Nueva York a Sydney (QF12) despegó tres horas antes de nuestro vuelo directo, pero llegamos unos minutos antes, lo que significa que ahorramos una cantidad significativa de tiempo total de viaje al no tener que parar”.
Por su parte, el capitán de Qantas, Sean Golding, quien dirigió a los cuatro pilotos que operaban el servicio, dijo: “El vuelo fue realmente tranquilo. Los vientos en contra aparecieron de la noche a la mañana, lo que nos retrasó al principio, pero eso fue parte de nuestra planificación del escenario. Dado el tiempo que estuvimos en el aire, pudimos seguir optimizando la ruta de vuelo para aprovechar al máximo las condiciones”.
“Teníamos mucho interés de los controladores de tránsito aéreo mientras cruzábamos a través de diferentes espacios aéreos debido a la singularidad de este vuelo. También tuvimos una bienvenida especial desde las torres de control en Nueva York y Sydney, que no se reciben todos los días”, agregó.
El “Project Sunrise” es un proyecto llevado adelante por Qantas para estudiar las posibilidades de realizar vuelos de ultra largo alcance con pasajeros y carga plena. Esta operación de es la primera de las tres que realizará la aerolínea (le seguirán Sydney-Londres en noviembre y de nuevo Sydney-Nueva York en diciembre) con la ambición de poder establecer sevicios regulares sin escalas desde la costa este de Australia (Brisbane, Sydney y Melbourne) a Londres y Nueva York.
Qantas ya ha recabado datos sobre las estrategias de sueño de los pasajeros en su servicio directo de Perth-Londres (el primero en unir a Australia y Europa sin escalas), y algunos de estos hallazgos iniciales se evaluarán más a fondo como parte de estos vuelos de investigación específicos. También se evaluarán los comentarios de los clientes sobre las opciones de alimentos, el bienestar y las opciones de entretenimiento.
Airbus y Boeing han presentado aviones (A350 y 777X) a Qantas que son capaces de operar los vuelos de Project Sunrise con una carga comercial viable. Para finales de diciembre de 2019 se espera una decisión final sobre el Proyecto Sunrise, que depende del rendimiento de la aeronave, las aprobaciones regulatorias y los acuerdos industriales.
