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Thomas Cook deja de operar

Uno de los negocios más lucrativos del mundo es el turismo. Al mismo tiempo, es uno de los más volátiles. Ayer pudimos terminar de ver el colapso de Thomas Cook, que se venía gestando en cámara lenta desde hace al menos diez años. 

Ayer vimos los rumores transformarse en un vertiginoso efecto dominó: se supo que el último esfuerzo por un rescate falló, empezaron las cancelaciones, reaccionó la autoridad Británica. Hacia la noche la suerte estaba echada y un enjambre de aviones de la línea aérea volvía al Reino Unido en su último vuelo bajo el nombre con el que había salido. 

A partir de una previsión contenida en la legislación Británica, aquellos clientes de Thomas Cook que estaban disfrutando de los paquetes contratados lo seguirán haciendo sin mayores disrupciones. Existe el ATOL, un fondo obligatorio para operadores turísticos que se activa ante una falla en la provisión de servicios. La última vez que se usó fue el año pasado, cuando Monarch fue a la quiebra.

Sin embargo, teniendo en cuenta la dimensión de Thomas Cook Group, este operativo es sensiblemente más importante: se estima que la Operación Matterhorn – ese es el nombre que la CAA le dio- será el puente aéreo más grande y complejo en tiempos de paz de la historia. Cerca de 600.000 pasajeros serán trasladados por unos 90 aviones alquilados en wet leasing por la autoridad aeronáutica. En un envidiable ejemplo de organización, se estima que el 98% de los pasajeros no sufrirá cambios en la fecha original de vuelo. 

Otra suerte tendrán aquellos que tenían servicios contratados pero todavía no iniciados, o aquellos que sólo habían comprado pasajes para volar por la aerolínea del grupo: es muy probable que después de un buen tiempo recuperen algo de lo pagado, pero en este momento quedarán a merced de otros operadores y sus tarifas de rescate. Más de uno ve en esta debacle una oportunidad, y llenará sus aviones con pasajeros en desgracia. La misma oportunidad existirá para los operadores a la hora de hacerse con los activos aeronauticos más importantes de Thomas Cook: aviones y slots en aeropuertos. Empieza una sangrienta lucha por los restos. 

Tras casi 180 años de historia, Thomas Cook dejó de operar anoche. Complicada por el Brexit, la ola de calor, una fusión complicada, la competencia de Tui y Jet2 y varios factores más, se va a la quiebra un símbolo del turismo global, dejando a 21000 empleados y más de un millón de clientes en la incertidumbre. Tal vez la lección que nos deje es que sin capacidad de adaptación, ni el más grande de los monstruos puede evitar caerse.

Pablo Díaz (diazpez)
Pablo Díaz (diazpez)
Director Editorial de Aviacionline. Ante todo, data-driven.

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2 COMENTARIOS

  1. La filial alemana Condor, que operaba vuelos para Thomas Cook, recibirá un préstamo excepcional del Gobierno Federal de Alemania y del Estado alemán de Hesse por valor de 380 millones de Euros para garantizar sus operaciones de vuelo, ya que se considera con suficiente salud financiera para operar por su cuenta.

    «Condor, the German subsidiary of Thomas Cook, sought the loan to help with liquidity in the wake of the collapse of U.K.-based Thomas Cook Airlines. That company has faced financial woes in the face of Brexit, although Condor has been largely seen as the profitable arm of the company. As Thomas Cook collapsed and canceled flights, Condor kept operating. The loan offers the leisure carrier some ability to plot a path forward.

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