Mejorar el juego

Sé que hace rato que no escribo. No es tanto una cuestión de tiempo como de estar acomodando cosas para un futuro cercano. Pero viendo un par de cosas hoy, sentí la necesidad de retomar el contacto por este medio, tan directo aún siendo virtual.

Hoy los medios se hicieron un festín de nuevo, tergiversando y exagerando una noticia que no daba más que para un comentario. Pero el morbo paga siempre. La necesidad de insuflar miedo en el lector para que haga click es tan tentadora que se pierde de vista un detalle: como medio, la premisa es informar. Pero bueno, acá volvemos a estar. Viendo como en la era de la posverdad y las fake news, los estándares parecen algo pasado de moda.

Lo del avión de Jet2 que aterrizó en Porto después de desviarse porque uno de los pilotos tuvo un problema de salud (aparentemente temporal, por suerte) incapacitante fue reinterpretada por una sarta de medios de acá y de afuera como una posible tragedia, sólo evitada porque un pasajero tomó los mandos del avión.

Lo que omiten decir -al menos en el título, porque obviamente vende mucho más- es que el que toma la decisión del desvío es nada más y nada menos que el copiloto (que bien puede ser el comandante o el primer oficial, ya que no se saben por ahora las identidades de la tripulación), que está perfectamente capacitado para ejecutar un procedimiento recontra mil millón de veces practicado y repasado: Pilot Incapacitation.

TN fue un poquito más allá:

Entre Clarín que pone «Ayuda Divina», TN que se inventa que el pasajero tomó los mandos (quién sabe qué pasó adentro de esa cabina?) y todos los demás que ponen en el mismo nivel las elucubraciones de los pasajeros y el comunicado oficial de la línea aérea, uno a veces se pregunta si hay un plan sistemático que busca tomar a la gente de idiota o simplemente no les importa un soberano carajo cuánta brecha hay entre lo que pasó y lo que a mí me sirve que pase.

Uno de los dos seres humanos capacitados para volar un avión se sintió mal y dejó de hacerlo. Lo relevó el otro ser humano capacitado para operar una aeronave. Por eso hay dos pilotos en la cabina, pelotudos. Si un piloto de la compañía estaba volando de pasajero y asistió o no, es absolutamente irrelevante a los efectos de la seguridad del vuelo. El PIC (Pilot In Command) pudo haber rechazado que entre a la cabina y hubiera sido exactamente lo mismo. Porque hay procedimientos que seguir y para los cuales está suficientemente entrenado.

Les juro que es frustrante cuando uno ve medios que hacen estas giladas intencionalmente desinformando a miles de lectores sólo para rellenar un espacio, para generar clicks. Todos vivimos de eso, pero tiene que haber un límite. En una redacción tiene que aparecer uno -el tan venerado Editor Responsable- que pare la pelota y diga «no, muchachos. Esto ya es mucho.» Uno. No pido más que eso.

La frustración se hace más grande cuando ves que te ningunean, te roban fotos, te dicen «bloguero» como si fuera un demérito, se llenan la boca hablando de la seriedad de los medios tradicionales y después te das cuenta que son una máquina de propagar boludeces. Que toman al lector de imbécil y le dan cualquier cosa cuando tienen los recursos para hacer periodismo de calidad. Tienen una cocina de restaurante internacional, las mejores carnes, verduras y especias y sin embargo el menú es siempre el mismo: salchichas y arroz blanco. Podrían hacer magia con las herramientas que tienen. Prefieren darle mierda a la gente. Le faltan el respeto. Pero eso sí, eh. Editor Responsable. Responsable de qué, si no chequean medio dato? Si no tienen una pizca de sentido común? Si es tan frecuente y recursivo que no hay forma de que sea un error?

Estos son los momentos en los que varios de nosotros terminamos preguntándonos si vale la pena. Si no somos Quijotes digitales en un inútil dale que te pego contra este molino que reparte bosta a diestra y siniestra. Y ahí, en estos momentos, es cuando me acuerdo de algo que me dijo una vez mi viejo.

De chico jugaba al ajedrez con él. Durante años me ganó consistentemente, y más de grande yo retomé el juego y empecé a jugar mucho mejor. Me fue a ver al club donde jugaba y justo le tocó ver una partida preciosa que perdí por poco y con un error mío como clave de la derrota. De más está decir que estaba un tanto caliente. Cuando me levanto de la mesa, se dio un diálogo parecido a éste. No me lo acuerdo textual, pero el concepto está.

• La partida que jugaste, nene. Preciosa.

• Hasta que regalé el alfil. Ahí se fue todo al carajo.

• Ah, pero si el objetivo final solamente es ganar te vas a perder de mucho.

• Qué me decís? Que no juegue a ganar?

• Sí, claro, pero lo importante es mejorar el juego. Que al otro le cueste, que tenga que poner todo para ganarte. Si vas a perder así, perdé seguido.  La belleza está en la lucha, no en el resultado.

Y así es como vamos a seguir, peleando para mejorar el juego. Tendrán cien millones de visitas, pero con que los que siempre leen sepan que están tirando fruta a mí me alcanza. Seguiré molestándolos hasta que sea inevitable que suban la vara. Hasta que dejen de tomar a la gente de boluda.

Hasta entonces, intentaremos que haya belleza en la lucha.