Durante abril las diferentes filiales de LATAM Airlines registraron un crecimiento del 8% en el tráfico de pasajeros (en RPK, pasajeros por kilómetro transportados) frente al mismo mes de 2018. Esto incluye los vuelos internacionales de todo el grupo, y las operaciones domésticas en Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Ecuador y Perú.
La oferta (medida en ASK, asientos por kilómetro ofertados) también creció 8%, por lo que el factor de ocupación se mantuvo casi sin cambios, con un leve descenso de 0,1 pp, ubicándose en 83,3.
El mayor incremento de la capacidad se dio en los mercados domésticos hispanoparlantes, con una suba del 30,1%. La demanda respondió con un incremento del 25,4% en el tráfico de pasajeros, ubicando al factor de ocupación en 78,9% (-2,9 pp). Este salto se explica principalmente por la huelga que hubo en Chile en abril el año pasado. Si se excluye a ese país, la capacidad promedio marcaría un incremento del 10,4%.
En lo que respecta al mercado doméstico brasileño, el tráfico de pasajeros (RPK) tuvo un crecimiento del 4,5%, pero como la capacidad (ASK) se ajustó 2,6%, el factor de ocupación tuvo un leve repunte de 1,5 pp, llegando a 81,5%.
Los mercados internacionales de LATAM Airlines registraron un crecimiento en la oferta (ASK) del 5,2% durante abril de 2019; como la demanda creció 5,3%, el factor de ocupación tuvo una recuperación de 0,2 pp, ubicándose en 85,4%.
El mercado de cargas por su parte tuvo una contracción de 3,6% en relación a abril del año pasado. La capacidad cayó 0,7%, ubicando al factor de ocupación en 56%, una caída de 1,7 pp.
En cuanto a la operación doméstica en Argentina, de acuerdo a datos suministrados por la ANAC que ya he reportado en otra nota, la cantidad de pasajeros domésticos transportados por LATAM Argentina cayó 10% durante abril. El factor de ocupación llegó a 83%, cuatro puntos porcentuales más que el mismo mes del año pasado, y la mejor marca del cabotaje.
La semana pasada el grupo también presentó sus resultados financieros del primer trimestre, en los cuales se registraron pérdidas por USD 60 millones, en gran parte atribuidas a la caída de la demanda de viajes internacionales desde Argentina, procesos devaluatorios en la región y sobrecapacidad internacional, pero eso lo desarrollaremos en otra nota.