Cuando Flybondi irrumpió en la opinión pública a principios de octubre de 2016 muchos dudamos de que alguna vez veríamos concretada su propuesta como primera aerolínea low cost argentina. Cuando encima, algunas semanas después anunciaron que la intención era establecer su base en un aeropuerto «alternativo» al Aeroparque Jorge Newbery o Ezeiza, tanta innovación directamente se volvió casi indigerible para un mercado aerocomercial históricamente reacio a cambios bruscos en su estructura.
Que con poco más de 20 millones de pasajeros anuales el Gran Buenos Aires se de el lujo de tener, no dos, sino tres aeropuertos comerciales parecía algo fuera de toda lógica racionalizadora de los recursos destinados a la infraestructura aeronáutica.
Sí, Aeroparque no daba para mucho más de manera inmediata, Ezeiza continuaba siendo un aeropuerto «difícil» de llegar, y además la zona oeste alberga un importante y nada despreciable mercado potencial, que para quienes lo conforman, los otrora dos únicos aeropuertos del AMBA resultaban igualmente incómodos de acceder mediante transporte público.
Entonces, de repente, El Palomar dejó de parecer una idea loca y, a medida que Flybondi iba tomando forma, el gobierno nacional decidió integrarlo al Sistema Nacional de Aeropuertos como paso previo a su posterior entrega a Aeropuertos Argentina 2000, empresa a la que, por razones contractuales no se le podía modificar el entorno competitivo creando un nuevo aeropuerto fuera de su órbita dentro del AMBA. Además, dar vía libre al plan original de Flybondi de invertir USD 30 millones para desarrollar sus propias instalaciones hubiese significado abrirle las puertas a innumerables conflictos en relación a la cesión del uso de terrenos del estado a un privado.
Por todo eso, a finales de 2017 avanzaban a toda marcha las obras para reconvertir a El Palomar en un aeropuerto comercial, función que, aunque la había cumplido en el pasado, nunca fue con semejante potencial de desarrollo.
Y llegó el día. 9 de febrero de 2018. Mañana gris y tormentosa en gran parte de la zona central de Argentina. Varios vuelos cancelados y demorados. A las 7:15 tenía que aterrizar en El Palomar el primer vuelo de Flybondi, procedente desde Córdoba.
Prensa, funcionarios y directivos de la aerolínea inundaban la terminal para participar de ese histórico momento en el que Buenos Aires estrenaba el primer aeropuerto low-cost de Latinoamérica. Afuera, algunos manifestantes en contra de un aeropuerto establecido en 1910.
Las condiciones meteorológicas en Córdoba retrasaron la partida un par de horas. Cuando finalmente pudo salir desde allí, al descender sobre el AMBA también se encontró con condiciones desfavorables que situaron a El Palomar bajo mínimos, por lo que a Nelson no le quedó otra que aterrizar en Ezeiza unos minutos antes de las 10:00. Ardió Troya. Recién a las 12:11 la aeronave pudo llegar al aeropuerto low cost y ser recibida con todos los honores.
Muchas cosas ocurrieron desde entonces. La restricción de la justicia a seis vuelos diarios que recién se levantó en abril, los rumores de llegada de nuevos operadores, el desembarco de JetSMART en diciembre…..pero, por sobre todas las cosas, un explosivo crecimiento en el tráfico de pasajeros que llevaron a El Palomar a estar entre los diez aeropuerto con más movimiento de Argentina.
Desde el 9 de febrero de 2018 al 31 de enero de 2019 pasaron por El Palomar 744.966 pasajeros, de los cuales 15.444 fueron internacionales, siempre considerando todos los movimientos de aeronaves.
Actualmente El Palomar tiene vuelos regulares hacia 12 destinos domésticos, todos servidos por Flybondi, que durante los últimos doce meses han evolucionado de esta manera:
Durante la segunda quincena de diciembre El Palomar debutó como aeropuerto internacional con vuelos hacia Asunción, Punta del Este y Santiago de Chile, siendo los dos primeros servidos por Flybondi y el último por JetSMART, la segunda compañía que desembarcó en el aeropuerto.
Con 122 mil pasajeros, la ruta entre El Palomar y Bariloche fue la más elegida, seguida por El Palomar – Córdoba con 112 mil y El Palomar – Mendoza con 76 mil.
En este gráfico pueden observar el total por ruta. Obviamente hay casos que tienen menor cantidad de pasajeros por haberse empezado a operar con posterioridad.
La terminal del aeropuerto de El Palomar tiene 2.600 metros cuadrados, a los que se le suman una terminal satélite de 450 metros cuadrados para vuelos de cabotaje, que en total ofrecen cinco puertas de embarque (una de ellas en el sector internacional) y ocho puestos de check-in.
Su oferta gastronómica está compuesta por un food truck ubicado en el parque de acceso a la terminal, y de dos cafeterías, una en el preembarque de cabotaje y otra en el satélite. Además, en el preembarque internacional hay un pequeño carrito que también ofrece bebidas y snacks.
El mes pasado Aeropuertos Argentina 2000 publicó el llamado a licitación para las obras de construcción de una nueva terminal sobre la base de los actuales hangares 7 y 8 de la I Brigada Aérea, de la ampliación de la plataforma y replanteo de vialidades, por un monto de 670 millones de pesos.
Con una superficie de 10.459 metros cuadrados en dos plantas, agrupará en la planta baja al sector de check-in y de arribos, mientras que en el nuevo entrepiso a construirse se encontrarán los sectores de preembarque nacional e internacional.
Tendrá 18 mostradores de check-in (además de varios puestos de self check-in), dos puestos de seguridad para el preembarque nacional, uno para el internacional, y tres cintas de recogida de equipaje (dos para vuelos nacionales y una para internacionales).
El nuevo estacionamiento vehicular tendrá capacidad para 500 automóviles, incluyendo espacios para bicis, motos, taxis, y autobuses.
En el lado aire, la plataforma será ampliada en 7.500 metros cuadrados.
Consultados para esta nota, desde Aeropuertos Argentina 2000 explicaron que «tomar la concesión del primer aeropuerto low cost del país es un orgullo y una responsabilidad que aceptamos con el compromiso de ser parte de la Revolución de los Aviones impulsada por el gobierno nacional», destacando que en lo que consideran un hecho inédito, el 20% de los pasajeros que pasaron por El Palomar en 2018 tomaron un avión por primera vez en su vida.
«Esto afianza nuestro objetivo de facilitar la conexión de personas, bienes y culturas dentro y fuera del país, posicionándonos como líderes de la industria brindando servicios que superen las expectativas de nuestros clientes», manifestaron desde la mayor operadora aeroportuaria de nuestro país.
Por muchas razones se podrá estar a favor o en contra del desarrollo de la veta comercial de El Palomar, y hasta se puede criticar que el lanzamiento original pareció haberse hecho a las apuradas. Pero, dejando la política de lado, no se puede ser ciego ante el hecho de que, en doce meses, se creó de la nada un aeropuerto por el que pasaron casi 800 mil pasajeros, con todo el impacto económico positivo que eso genera no solo en su área de influencia sino también en la red de cabotaje, al ser punta de lanza del modelo de negocios low-cost que, como ha ocurrido en gran parte del mundo, muy probablemente sea el principal protagonista de la expansión de la industria aerocomercial argentina.
Parece mentira que haya pasado un año de aquel lanzamiento, ojalá todo siga viento en popa.
Si se trata de plantear el futuro aeroportuario del Área Metropolitana de Buenos Aires, prefiero dejar El Palomar como aeropuerto de bajo costo, cerrar Aeroparque y mudar sus operaciones a Ezeiza, creando un gran hub para Buenos Aires y el Conurbano. De hecho era una opción discutida hace un tiempo en un articulo publicado en este sitio.
AEP es una bendición y una maldicion para AR.
En cuanto a practicidad para los pax de capital, es imbatible (y no hay mejor lugar para hacer spotting!)
Pero para pasajeros que tienen que conectar con EZE, se vuelve complicado.
Y ahí es donde Latam, Copa, Avianca se meten para sacar ventaja sabiendo que es más atractivo conectar en SCL, LIM o PTY a tener que cambiar de aeropuerto, tomarse un bus o taxi, etc.
Lo mejor para Buenos Aires y AR sería unificar AEP y EZE.