Hemos hablado varias veces sobre cómo el ritmo de ventas de los aviones de pasillo único presiona sobre la línea de producción, y de cómo la capacidad instalada atenta contra el ritmo de entregas.
Sin ir más lejos, Boeing anunció ayer que en Septiembre completó y entregó 61 737 en todas sus variantes, más que duplicando los 29 que entregó en Julio y superando los 48 que produjo en Agosto. El ritmo de producción sigue siendo de 52 aparatos por mes, pero pudieron reducir en 9 el número de aviones almacenados sin terminar, ya que los proveedores empezaron a recuperar los pedidos de partes atrasadas.
Paul Bergman, vocero de Boeing declaró que hubo «un buen progreso en nuestro programa de recuperación de la producción en Septiembre. Nuestro equipo se mantiene enfocado en ejecutar el plan y cumplir los compromisos contraídos con los clientes».
A fines de agosto, más de cincuenta aviones se agolparon en la plataforma de Renton porque algún componente que era imprescindible para la entrega no había sido recibido e instalado por la fábrica. Las demoras principales, según la compañía, tienen que ver con los motores LEAP de CFM y con algunas secciones del fuselaje que Spirit AeroSystems. A partir de ahí, las demoras en el cableado y ensamblado crearon un atraso en las entregas proyectadas para este año. Una especie de backlog del backlog.
Boeing agregó unos 600 trabajadores para ayudar en el esfuerzo, aunque no ha sido fácil incorporarlos a la línea: sea que vienen transferidos de otros programas o sean empleados nuevos, una gran mayoría no tiene experiencia en el proceso específico del 737.
El foco de la compañía en recuperar el atraso es tal, que las pruebas del 737 MAX 7 se suspendieron para que el equipo técnico asignado al prototipo meta mano en los 737 de serie. «Esperamos volver a las pruebas de certificación en las próximas semanas», y la variante aún mantiene la esperanza de recibir el certificado tipo a fines de este año.
