¿Vieron que la gente quería volar?

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Hace poco más de un año había escrito esta nota en la cual planteaba cómo en Argentina había una gran demanda por transporte aéreo dormida desde hace décadas por una combinación de factores que iban desde tarifas poco accesibles, frecuencias inconvenientes hasta infraestructura aeronáutica pobre, que de una u otra manera eran reflejo de problemas de fondo inherentes a cómo nuestro país concibe muchas estructuras de mercado.

Por si no la habían leído:

En Argentina, la gente quiere volar; dejemos que lo hagan

Era junio de 2017, y llevábamos un año y medio del inicio de la gestión de Macri como presidente y de Dietrich en Transporte. Aunque el mercado aerocomercial ya había sido sacudido por una Aerolíneas Argentinas en franco crecimiento e implementando genialidades como el Hub Córdoba y con Andes duplicando su red, todavía faltaba la verdadera revolución. 

Sí, ya había tenido lugar la primera audiencia pública en 11 años de la que surgieron Avianca Argentina, Flybondi y JetSma-digo Alas del Sur, pero las dos primeras seguían empantanadas luego de afrontar algunos procesos relacionados con supuestos conflictos de interés con funcionarios del gobierno nacional. Además se rumoreaba el llamado a una nueva audiencia para septiembre en la que se presentaría el mayor de los cucos que enfrentan hoy las legacy en el Atlántico norte: Norwegian.

Por eso, al final de cuentas, en la Argentina seguían los mismos operadores que hace diez años ( menos Sol): Aerolíneas Argentinas/Austral, LATAM Argentina y Andes. Es decir, las mismas opciones, es decir, un nivel tarifario, peso más, peso menos, similar al de siempre, aunque, sí, sujeto a variaciones de la oferta de asientos en determinados destinos y al lanzamiento de promociones puntuales como la tan exitosa «banda negativa» con la que Aerolíneas nos deleitaba todas las semanas.

Las TCP del primer vuelo regular de Avianca Argentina, el 21/11/2017

Hasta que en noviembre llegó Avianca Argentina y demostró que se podía sumar oferta y tener éxito en dos rutas desde Buenos Aires que, autopista mediante, el avión había perdido frente al transporte terrestre desde hace más de dos décadas: Rosario y Mar del Plata.

Pero la gran disrupción se dio en enero cuando Flybondi inició sus operaciones regulares, marcando el inicio de la era de las low cost en Argentina. Aun con todos los problemas ampliamente difundidos (y en muchas ocasiones exagerados), el 26 de enero fue un día histórico para la aviación comercial, porque marcaba el inicio de un camino para nuestro mercado que considero irreversible si vemos lo que ha ocurrido en el mundo. Le tocó hacerlo a Flybondi, pero daba igual si era Norwegian, JetSmar-digo Alas del Sur o Tobara.

Pasajeros subiendo al vuelo inaugural de Flybondi, el 26/01/2018.

Y desde entonces, si comparamos el primer semestre de 2017 con el de 2018, la cantidad de pasajeros transportados entre las que ya estaban siguió creciendo en los casos de Aerolíneas Argentinas/Austral y Andes. LATAM Argentina fue la única que registró una caída, atribuible a que, a nivel holding, le ha resultado más efectivo canalizar tráfico desde el interior de manera directa hacia sus hubs sudamericanos que meterse a pelear en la nueva batalla del cabotaje.

Es decir, se creó mercado. Un 10% más hasta junio, de acuerdo a los datos de EANA.

Los números del miércoles 1
– Hasta las 18:00, Aerolíneas Argentinas había vendido 32.949 tickets ida y vuelta (más de 65 mil tramos), 350% más que un día normal. Los 10 destinos más elegidos fueron Córdoba, Salta, Mendoza, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Posadas, Bahía Blanca, Bariloche, Resistencia y Trelew.

– LATAM Argentina vendió 11 mil pasajes entre las 0:00 y las 10:00 del miércoles, cuatro veces más que durante el Hot Sale. Los destinos más elegidos fueron Córdoba, Iguazú y Bariloche.

– Flybondi vendió 24.016 pasajes hasta las 18:00, con Bariloche, Iguazú y Mendoza liderando el ranking de destinos elegidos.

Pero como la demanda no es infinita, y menos aún en un contexto recesivo como el actual, al mercado aerocomercial argentino le faltaba un condimento más que iba a llegar tarde o temprano, y ocurrió ayer: que las compañías puedan cobrar tan bajo como se les ocurra con tal de llenar un avión que de todas maneras va a volar del punto A al punto B.

En el camino, y como ya lo he repetido tantas veces, poner precios ridículos así mas no sea en dos de los hasta 189 asientos que tiene la aeronave con más densidad del cabotaje argentino, genera que la aviación comercial, como medio de transporte, penetre en la mente de la mayoría de los argentinos que antes la consideraban cara e inconveniente. 

Y como industria necesitamos que el avión se popularice, porque más gente volando significa más oportunidades de trabajo, más oportunidades de desarrollo de la infraestructura, y ambas cosas en todo el país.

Ya lo dije en la primera nota que embebí: más aerolíneas, más vuelos, más pasajeros, significa más movimiento económico no sólo en la aviación comercial sino también en otros sectores que se alimentan directamente de ella, desde el que tiene la concesión del barcito de algún pequeño aeropuerto del interior hasta los taxistas, y ni qué hablar de las nuevas posibilidades de desarrollo turístico y empresario.

Si, las viejos modelos tendrán que adaptarse a este nuevo entorno. Reinventarse como ya lo ha hecho el mundo (el primer y el tercer), en donde aunque han sucumbido otrora grandes aerolíneas también nacieron y se consolidaron nuevos gigantes que emplean a mucha más gente, en donde la cantidad de pasajeros se multiplicó mientras que, paralelamente, los niveles de seguridad alcanzaron niveles inimaginables.

Que Aerolíneas Argentinas/Austral y LATAM Argentina hayan logrado cifras récord de ventas durante el primer día sin el piso tarifario nos demuestra, por un lado, que están sabiendo reinventarse, y por otro que, sí, la gente anhela, la gente quiere, la gente NECESITA volar. Y desde ayer, les va a ser un poco más fácil. 

Textual de la nota de junio de 2017
El rol que todavía le queda por cumplir al estado nacional es el de garantizar que esta reconversión de la industria aerocomercial argentina se lleve adelante sin poner en riesgo la seguridad operacional.

En principio, modernizando la infraestructura aeronáutica (aeropuertos, servicios de navegación, servicios de salvamento, etc.), pero también controlando que las compañías (sean líneas aéreas como concesionarios, handling, mantenimiento, etc.) cumplan con todas las regulaciones para así reducir al mínimo la probabilidad de un nuevo WRZ o Fray Bentos.

Porque un error o acto negligente no sólo puede provocar la irreparable tragedia y hecho criminal de llevarse consigo muchas almas inocentes, sino también, implosionar toda la confianza del público en el sistema aerocomercial (cuestión en la que el transporte terrestre parece estar blindado ante la opinión pública y los medios, si consideramos que todos los años provocan unos cuantos WRZ o Fray Bentos sin que se les plantee toda una reformulación de su industria).

 

3 COMENTARIOS

  1. Excelente, y como bien decís en un contexto recesivo. Si no suben el factor de ocupación de FO con estas promociones no me imagino con qué jaja. Ahora a esperar con ansias a Norwegian, Jetsmart y el crecimiento de flota de Flybondi. Parece que se vienen precios CONSISTENTEMENTE más bajos en todas las troncales.

  2. Exelete el crecimiento en la venta de pasajes, ojalá se puedan comenzar a abrir rutas a ciudades que actualmente no se llegue, se recuperen los pequeños aeropuertos y aeródromos del interior, creo que es la única forma que realmente se llegue a gente para la cual viajar en avión sigue siendo impensado aún al día de hoy

  3. Es lo mejor que le pudo haber pasado al país en temas de colectividad, espero que sea sostenible en el tiempo ,de esa forma es posible el crecimiento sustentable de la aviacion comercial

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