El Senado brasileño aprobó en la noche del miércoles el acuerdo de cielos abiertos entre ese país y los Estados Unidos, restando ahora sólo la firma del presidente Michel Temer para así convertirse en ley y empezar a tener vigencia luego de siete años de lobbies a favor y en contra.
Este acuerdo facilitará la conectividad aérea entre ambos países al permitir vuelos ilimitados por parte de sus respectivas aerolíneas, y era un requerimiento clave para permitir el Joint Business Agreement entre American Airlines y LATAM, aunque bien podrá potenciar los lazos accionarios que ya unen por ejemplo a Azul con United Airlines y Gol con Delta Airlines, y desde ya permitir el desembarco de nuevos operadores de bajo costo que cada vez se acercan más a Sudamérica como Spirit, Frontier y JetBlue.
“American viene trabajando desde hace tiempo por la aprobación de una política de
Cielos Abiertos entre los Estados Unidos y Brasil”, dijo Doug Parker, director general y
presidente del directorio de American Airlines. “Los acuerdos de Cielos Abiertos han
demostrado que aumentan las opciones de viaje y aumentan la competencia, resultando
en mayores beneficios para los consumidores e impactando positivamente el crecimiento
económico. American aplaude las acciones del Congreso de Brasil para la aprobación de
este acuerdo de Cielos Abiertos con los Estados Unidos, afianzando el camino para la
aprobación e implementación de nuestro Joint Business Agreement con LATAM”.
De todas maneras se limita la realización de vuelos de cabotaje por compañías de la otra parte. Es decir, aerolíneas de Estados Unidos no podrán operar vuelos internos en Brasil, ni tampoco las brasileñas en Estados Unidos.
Las empresas podrán vender pasajes en la moneda del otro país o en moneda convertible, como el dólar. Con base en la reciprocidad, las compañías también podrán mantener personal en el territorio del otro país, como gerentes, ventas, técnico y personal operacional,
Así también las aerolíneas podrán mantener su propio servicio de apoyo en tierra, salvo que no fuera posible por limitaciones físicas y de seguridad aeroportuaria.
El acuerdo también prevé que los ingresos obtenidos por servicios prestados en el otro país podrán ser enviadas a su origen sin tasas e impuestos adicionales, aunque desde ya no libera de otros impuestos, aunque especificándose que estos no podrán “disminuir los derechos otorgados por el acuerdo”.
En materia fiscal también estarán exentos de impuestos los suministros traídos para ser utilizados en las operaciones, como repuestos, motores, equipos de tierra, combustibles y lubricantes.
Las tarifas aeroportuarias también están alcanzadas por el acuerdo, aunque sólo como una expresión de deseo, estableciendo que cada país debe “estimular a las autoridades competentes para fijarlas y realizar consultas con las aerolíneas para estudiar su razonabilidad”.
El acuerdo hace mención a la colaboración en cuestiones relacionadas con la seguridad aérea, previendo que cada parte debe considerar de “modo favorable” toda solicitud de la otra para la adopción de medidas de seguridad especiales para combatir una amenaza específica.
«Fabor»?
JURO que me muero de la vergüenza, no puedo creer que se me haya escapado ese horror.
Gracias por el aviso!