El viernes, entre tantas noticias, llegó un comunicado de Aerolíneas en el que se comentaba un objetivo cumplido de la compañía para 2017: racionalizar gastos.
Es muy complejo hablar de Aerolíneas, hablar de números y no tener rápida y decididamente la famosa grieta. La misma parece ineludible, e inclusive dentro de la misma empresa. Desde mi punto de vista, creo que debe haber un lugar donde podamos de gestión sin caer en el facilismo de los dos extremos.
Transcribo el comunicado y elaboramos sobre eso abajo. En negrita, algunas frases sobre las que volveremos.
“Aerolíneas Argentinas redujo sus gastos en 81 millones de dólares anuales”, anunció Mario Dell’Acqua, presidente de la empresa aérea de bandera.
Esta fuerte baja es producto de una sostenida renegociación de variables: desde los precios de combustibles a los de revolvedores de café, desde hoteles a los snacks que se sirven en vuelo.
Esa eficientización del gasto de la empresa contribuyó a la reducción de subsidios que se piden al Estado nacional.
La compañía recibía US$ 700 millones anuales en subsidios en promedio. En 2015 se lograron reducir a US$ 320 millones, y en 2017 a US$ 170 millones. Este año están presupuestados US$ 90 millones.Para alcanzar ese objetivo se encararon dos vías:
• mayor facturación (la cantidad de pasajeros creció 20% respecto a 2015) y
• la reducción de costos: cambiando proveedores, relicitando servicios, volviendo a negociar contratos, se logró reducir los desembolsos en los gastos operativos de repuestos, insumos y servicios.“Por la combinación de más pasajeros transportados y la reducción de costos, el gasto operativo por pasajero se redujo un 28%, mientras que bajó un 20% si se compara en horas voladas”, precisó Dell’Acqua.
En el caso de los repuestos aeronáuticos, lo que se hizo fue una revisión de las políticas de stock. Se detectó que se compraban repuestos que no se necesitaban. Se redujo de 3.800 a 1.100 la lista de ítems que se adquirían y que tienen baja rotación.
Los repuestos de los aviones Embraer, que son la flota de Austral, son un caso especial. El ahorro se logró al redefinir los alcances de los contratos para pagar sólo por lo que se usa: son US$ 2,5 millones menos por año.
La reparación de motores fue otro rubro donde se pudo concretar un ahorro de US$ 2 millones anuales. Fue cambiando la metodología de control, enviando una persona al taller reparador, para que busque las mejoras ahí.Los consumibles aeronáuticos son las partes del avión que al dejar de funcionar, se tiran. Se compraban 11.000 ítems diferentes cada vez que se necesitaba cada uno. Primero se unificaron esos ítems, para trabajar a escalas mayores, y luego se concursaron proveedores especialistas en la gestión de estos rubros. Se ahorró US$ 1,5 millón. De 254 proveedores se pasó a 6.
“En ningún caso encontramos delitos puntuales con las compras, pero haciendo tantas compras, tantos concursos como se hacían, era imposible hacer controles eficientes. Sólo en el caso de los consumibles, había 7.000 concursos anuales, que era inviable supervisar”, reseñó Dell’Acqua.
ALGUNOS EJEMPLOS A DESTACAR
• Con los auriculares descartables se ahorraron US$ 700.000 anuales. Para eso se negociaron precios y se eliminó el proceso de recuperación (desenrede, empaquetamiento)
• Generando un contrato a largo plazo con el proveedor de insecticida aeronáutico se consiguió un ahorro de US$ 200.000.
• Un cambio pequeño puede generar también ahorros: un gramo menos de peso en los revolvedores de café generó una baja de gasto de US$ 36.000 al año.
• En consenso con el personal de la empresa, se renegociaron los hoteles de tripulación: se consiguió un ahorro de US$ 1 millón al año.
• Otro caso fue el del concurso por los snacks que se sirven a bordo. Con un nuevo proveedor se consiguió una reducción de gasto de US$ 5 millones anuales.Siguiendo la misma política, este año habrá re-licitación de los servicios de catering, de transporte de tripulación, de limpieza de aeronaves, de mantenimiento de motores de Embraer y la flota Boeing 700, así como del sistema de Reservas de la empresa. Y se definirá el reemplazo de la flota Embraer. Son todas decisiones que siguen apuntando a recortar el gasto.
“Estos ahorros se lograron por hacer las cosas bien, por ser más eficientes –concluyó Dell’Acqua-. Nuestro objetivo es seguir reduciendo el dinero que los argentinos tienen que aportar a la empresa. Y que desde el año próximo ya no sean necesarios lo subsidios”.
Destaco, más allá de los números, dos cosas. La primera: cómo simplemente revisar lo existente y encontrando oportunidades de mejora puede cambiar el panorama de un emprendimiento. La compra de repuestos sin sentido alguno no es privativa de Aerolíneas, ni de el gobierno anterior: toda la vida, en todas las ramas de provisión al estado, siempre fue un descalabro. No es un negocio nuevo, no es una práctica atribuible a una línea política. Y para mí, avanzar por ese lado es un síntoma de buena gestión. Lo primero que se debe hacer para proteger los activos de una empresa es no pagar de más. Es lo mismo que hacemos en casa: no comprar giladas innecesarias o repetidas.
La segunda cosa que destaco, es más sutil pero igual de importante: Dell’ Acqua dice claramente “En ningún caso encontramos delitos puntuales con las compras», lo cual es importante porque también implica que esta gestión eligió no entrar en la grieta acusando de nada a gestiones anteriores. Lo destaco porque ha sido recurrente en otros momentos, y también en otras empresas del estado. Lo importante es no meter todo en la misma bolsa para no caer en la cómoda del «se robaron todo» versus el «están vaciando Aerolíneas».
Hubo cosas de la gestión anterior bien hechas? Seguro. Hubo cosas por mejorar? También, y las están mejorando. Hay que investigar y, en el caso de encontrar, actuar con la ley en la mano si hubo delitos? Recontra también. Pero lo importante es entender que en Aerolíneas, la línea de bandera Argentina, se puede crecer, transportar más pasajeros, consolidar rutas, traer equipamiento de última generación y consolidar la posición en un mercado que incorpora nuevos actores sin caer en una dicotomía que no sirve. Hablemos de rutas (incluyendo Barcelona), de aviones, de números. De seguridad operacional. De sensatez comercial y de gestión. Que los extremos los manejen los fanáticos.
Porque Aerolíneas es de todos.
Hace muchos años en esas notas de color una parte decía que AA había ahorrado no se cuantos miles por sacar una aceituna del menú de Primera Clase. Años más tarde fue la primera en reemplazar los manuales de papel por iPads. UA publico que ahorro 300 lucas alivianando una revista del avión. Todo suma. Un jefe mío decía: un dolarito por acá, un dolarito por allá, cuánto te quieres acordar tienes un millón de dólares. Más allá de los números es bueno saber que está más prolijo todo.
En el caso puntual de los motores de los Embraer, se ahorró muchísimo haciendo ciertas tareas en los talleres de Aerolíneas en Ezeiza, como algunos trabajos de top case y campaña de reemplazo de etapa 4 de turbina de baja presión por diseño de nueva generación. No sólo eso, sino que se ganó en tiempo de turn around de los motores desde algunos meses (cuando iban a Lufthansa) hasta una o dos semanas.
Saludos!
Buen dato! Saludos!