Creo que una de las partes más complicadas de estas noches es ver que en la mesa, se van poniendo menos copas. Acá en casa, hemos decidido ser poquitos, y por suerte repetimos las copas del año pasado. Ya hemos retirado algunas, en años anteriores. Leyes inmutables de la vida.
Este año, cuando levante la copa, lo haré por mi familia, por mis amigos, por la gente que quiero. Y eso los incluye a ustedes, lectores. Y también incluye a los amigos virtuales y reales que me va dejando este camino. Y también, como es tradición, por otra gente que no conozco.
Hace unos cuantos años ya, tenía un trabajo en el que mi horario de salida era 22:44. En vez de pagar el adicional por hora nocturna, nos hacían salir 16 minutos antes para compensar. Y en Nochebuena, un supervisor se copó y me dejó salir a las 22:05. Trabajando en Belgrano, viviendo en San Antonio de Padua, era casi imposible llegar a tiempo a mi casa. Sin embargo, una combinación feroz del 80 y el Sarmiento me dejó en la estación de Padua a las 23:40. Y ahí sí, ya no había transporte para cubrir las 22 cuadras, así que corrí. Llegué destrozado, pero con diez minutos de margen.
Sin embargo, el 31 de diciembre otro supervisor no fue tan copado, y recibí el año nuevo arriba del tren. Arriba del vagón, resultó que eramos varios, y nos saludamos. Y apareció el motorman, al que saludamos también. Y fue entonces cuando pensé en el tipo, que estaba laburando, y que se levantó esa mañana sabiendo que no iba a recibir el año nuevo con su familia.
Es entonces, que cada año, cuando levanto la copa, sigo incluyendo a este muchacho, del que nunca supe el nombre, y en él cada uno de aquellos a los que les toca trabajar estas noches. Hay un montón de gente que hace que yo haya tenido esa vez la chance de llegar a mi casa diez minutos antes. En el mundo del que este blog trata, hay montones de pilotos, tripulaciones, empleados administrativos, operarios de rampa, controladores, y un montón de etcéteras que pasan esta noche trabajando. Para mí, aún cuando sea un gaje del oficio, sigue siendo un sacrificio.
Propuse este año cubrir un vuelo de estos, no llegamos con los tiempos. El año que viene, ojalá pueda hacerlo. Para todos ellos, mi copa en alto esta noche.
Además, esta navidad, debo incluirlos. No puedo no hacerlo.
La foto de portada la saqué el año pasado en el Addison Airfield, al norte de Las Colinas, Texas. En el Cavanagh Museum, hay una mesa que representa a los que no están. Más allá de las banderas, y de los escudos de armas, creo que el mensaje es universal.
El mantel blanco simboliza la pureza de intención, cuando respondieron el llamado de la vocación de defender a su país.
La rosa en el jarrón es el símbolo de las familias, que los aman.
La vela simboliza el espíritu inquebrantable.
La rodaja de limón, el recordatorio del destino amargo de aquellos que no volvieron.
La sal en el plato, el símbolo de las lágrimas derramadas de quienes esperan.
La copa está dada vuelta, símbolo de que no pueden brindar con nosotros.
La silla está vacía; ellos no están.
Este año, agrego al ritual de alzar la copa a 44 familias que aún esperan. Y a todos aquellos que están en el mar, buscándolos. Y a los 44 héroes que nos esperan a nosotros, que desde donde estén piden que no los olvidemos con la misma fuerza con la que reclaman justicia. Esas 44 copas que faltan duelen en el alma, porque no deberían faltar.
Tripulación del ARA San Juan, mi copa en alto por ustedes. No los olvido.
Feliz Navidad a todos.
Felicidades Pablo!
Que disfrutes en familia!!
Gracias Fede! Igualmente!
Soy uno de esos que labura en estos días. Comienzo mi vigésima semana de Fiestas trabajando en el aeropuerto de Ezeiza. Solo 4 o 5 me tocaron en franco y mi familia vive a 240kms de Capital. Afortunadamente hace ya unos años que las paso con mi novia y su familia (de hecho hoy 24 pudimos salir 23:30, toque timbre a las 12 en punto), pero también me agarraron las 12 en la Richeri, en la 205, en la avenida Fair camino a Adrogue y alguna que otra vez solo en casa (te toca franco el 31 pero el 1 entras a las 5AM).
Pero también pude pasar una Navidad en New York, unos años después un Año Nuevo y si bien es un sacrificio no solo en estas fechas (cualquier evento al que planees ir tenes que sacar cuentas si te va a tocar o no laburar) agradezco poder laburar de lo que me gusta, en una empresa que me trata muy bien y que me permite hacer lo que mas me gusta: viajar.
Sigo tu blog pero no te conozco, pero agradezco que te acuerdes de los que nos agarran las 12 laburando.
Te felicito por tu blog. Saludos y lo mejor para el 2018.
Lo mejor para vos Santiago. Abrazo grande y gracias por el sacrificio.
Hay muchísima gente anónima que cuando levantamos las copas en familia están solos con su trabajo y cumpliendo para que nosotros lleguemos a destino, siempre brindo por ellos y por su sacrificio, muchas felicidades
Hermoso recuerdo. Hermosas palabras. Comparto todo desde el alma…