En el marco de un encuentro que el presidente de Uruguay, Tabaré Vazquez, tuvo con un gran grupo de empresarios brasileños la semana pasada en San Pablo, se habría dado una reunión específica con el presidente y vicepresidente de Azul Linhas Aéreas, junto al canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa; el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y la titular de Turismo, Liliam Kechichian.
De acuerdo al diario El Observador de Montevideo, citando fuentes anónimas, en esa reunión los ejecutivos de Azul le habrían manifestado a las autoridades uruguayas su intención de establecer una filial en Montevideo.
«Se espera que en los próximos días llegue una delegación de Azul al país ‘para iniciar las gestiones para ver cómo certificar en Uruguay para empezar a volar’, comentó el informante, quien agregó que hay «mucho interés» por parte de la compañía en concretar este negocio», publicó El Observador.
Así mismo menciona que Azul planearía destinar entre seis y ocho aeronaves a su potencial filial uruguaya.
Pero un punto importante que mencionaron los empresarios es que deberían contar con el apoyo político necesario que permita acelerar los tiempos para obtener los permisos y autorizaciones correspondientes. Tanto Alas Uruguay como Amaszonas encontraron grandes obstáculos en este punto.
La llegada de Azul a Uruguay (con una subsidiaria, porque la aerolínea ya opera vuelos desde Porto Alegre hacia Montevideo y Punta del Este) daría un respiro a la situación laboral de muchos trabajadores aeronáuticos que quedaron en la calle tras la fallida Alas Uruguay, por cuanto la compañía brasileña podría inicialmente tomar entre 100 y 120 personas.
Es válido destacar entonces que Azul no llega a «salvar a Alas». Azul, si desembarca en Uruguay, viene a hacer sus propios negocios, en los cuales incluiría a mucho del personal ex-Alas.
Como claramente desarrolla Sergio Antonio Herrera en esta editorial en Portal de América (que como siempre recomiendo leer), Azul podría intentar replicar el modelo que tuvo Pluna en sus últimos años bajo la gestión Leadgate, que aún con todas su fallas, supo aprovechar la posición de Montevideo y el modernísimo aeropuerto de Carrasco para desarrollar un interesante hub del Cono Sur.
Si consideramos que uno de los factores (y enfatizo, «uno de los») que le jugó en contra a ese proyecto fue el «bloqueo aéreo» que en ese entonces se encontraba vigente de este lado del Río de la Plata (sumado al cepo cambiario), podemos decir que Azul ya arrancaría con algo de ventaja, considerando la tendencia hacia la apertura aerocomercial que tiene la actual gestión de gobierno de nuestro país.
Ahora, un tema que no es menor. Después de un largo peregrinaje Amaszonas pudo hace menos de dos meses empezar a operar con «bandera uruguaya» (Ex BQB). No creo que el grupo boliviano vea con buenos ojos que se le concedan a otra aerolínea ciertos privilegios que ellos no tuvieron, más cuando ésta viene tras un nicho de mercado que, aún en desarrollo, me genera dudas que tenga capacidad para albergar a dos jugadores.
[…] Azul Brazilian Airlines presentó hace 10 días ante la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Diancia) de Uruguay la solicitud formal para constituirse como una nueva compañía aérea con base en ese país, llamada Azul Uruguay, una posibilidad que ya se venía rumoreando desde el pasado mes de noviembre. […]